Redacción-Erika Becerra tenía ocho meses de embarazo cuando le diagnosticaron covid-19, pero esta mamá no podría si quiera conocer al bebé que esperaba. En noviembre, indujeron su parto y logró dar a luz a un bebé sano.
Tras un parto normal en Detroit, Michigan, Becerra fue intubada de inmediato porque tenía problemas para respirar. Tres semanas después, Becerra murió.
Como estaba intubada y con covid-19 positivo, esta mamá nunca tuvo la oportunidad de cargar a su hijo. Así lo relató su hermano, Michael Avilez, a Anderson Cooper, de CNN.
A Becerra no le preocupaba estar embarazada durante la pandemia, según Avilez. Él dijo que ella no salía y que en caso de hacerlo siempre utilizaba una mascarilla, además de limpiar las superficies que tocaba.
«Ella siguió todas las reglas y aún así terminó contagiándose y es triste», dijo Avilez. «Hay muchas personas que no entienden lo que está pasando… Todos piensan que es una broma hasta que les pasa a ellos o a uno de sus familiares».
Avilez explicó que a Becerra le hubiera gustado que él continuara compartiendo su historia con la esperanza de ayudar a otros a comprender el peligro del virus.
Becerra pasó un fin de semana en el hospital después de tener contracciones. Sin embargo, cuando llegó a casa un lunes, comenzó a tener dificultad para respirar y para moverse.
Tres días después, una ambulancia la llevó al hospital. Y el viernes, los médicos decidieron inducirle el parto porque su salud «no mejoraba», dijo Avilez. El 15 de noviembre nació el hijo de Becerra, Diego.
«Inmediatamente después de que dio a luz a su hijo, la intubaron porque su cuerpo ya no retenía oxígeno. Y después de eso no pudo conocer a su bebé recién nacido», dijo Avilez.
Becerra permaneció conectada a un respirador artificial hasta el 3 de diciembre, cuando sucumbió al virus, dijo Avilez. Fuente CNN