Redacción- Saber superar desafíos y circunstancias inesperadas, desarrollar la empatía, tener confianza en las propias capacidades, asumir retos personales, enfrentar los temores o aprender del fracaso; son capacidades que los seres humanos necesitan para una vida plena.
Recientemente, la investigación ha profundizado en las condiciones que permiten a las personas estar mejor preparadas para enfrentar su mundo.
Conocidas como “habilidades para la vida”, se ha descubierto que, desde la más tierna infancia, es posible desarrollar destrezas en los niños y las niñas que les ayuden a alcanzar una vida de mayor realización personal.
De acuerdo con Cristhiam Álvarez, gerente de Impacto de World Vision se distinguen tres etapas en lo que podría denominarse como “habilidades para la vida”.
La primera etapa responde a las habilidades fundamentales, estas se consolidan aproximadamente en los primeros cinco años de vida, son críticas porque son punto de partida de las demás habilidades y se trata de destrezas de percepción, motricidad, ritmo y lenguaje.
Las habilidades esenciales constituyen la segunda etapa, suceden entre los 6 y los 11 años, cuando la niña o el niño consolidan habilidades para memorizar, analizar, tomar decisiones, resolver problemas y desarrollar la empatía, entre otros logros, apuntó Álvarez.
No es sino a partir de la adolescencia cuando se fortalecen las habilidades aplicadas, que conforman el tercer paso y que se refieren al establecimiento de metas, la toma de decisiones, los estilos de vida saludables, el manejo del estrés, la resiliencia, la ciudadanía, el liderazgo y el emprendimiento.
“En este sentido, las habilidades para la vida se van desarrollando como un encadenamiento en el que es necesario trabajar lo fundamental y lo esencial para llegar a las habilidades aplicadas”, explicó el experto de World Visión.
En el 2017, World Vision hizo un estudio sobre habilidades para la vida con niños, niñas y adolescentes de sus programas.
La investigación identificó que solo el 32% de la niñez habían desarrollado alfabetización funcional; además en el mismo estudio se encontró que su capacidad de expresión simbólica de pensamientos y sentimientos se encontraba por debajo de lo esperado para su edad.
De acuerdo con el experto de World Vision, es posible seguir cinco consejos prácticos para que las personas adultas puedan estimular las habilidades para la vida en niñas y niños, especialmente aquellos en sus etapas iniciales del desarrollo.
1. Provoque el juego: jugar es la manera en que la niñez aprende, modela y ensaya situaciones que luego enfrentará en la vida real.
Ofrezca a los menores de edad tiempo y espacio para jugar libremente, en especial con situaciones que les reten a usar la imaginación y la creatividad.
2. Incentive el arte: encuentre actividades artísticas en los que las personas menores de edad puedan expresar sus pensamientos y sentimientos, independientemente de la disciplina artística elegida esta será una magnífica oportunidad para formar habilidades, por ejemplo, el teatro contribuye con las habilidades de atención y concentración, manejo emocional y empatía, así como la creatividad.
3. Entre más temprano mejor: la estimulación temprana es una aliada ineludible para garantizar el desarrollo de las posteriores habilidades esenciales y aplicadas.
Busque maneras de estimular las distintas destrezas cognitivas, sensoriales, motrices y emocionales en las etapas iniciales de desarrollo del niño y la niña.
4. Conozca de los pasatiempos: mantenga comunicación con las personas menores de edad para conocer sus intereses y pasatiempos. Bríndeles espacios y oportunidades como grupos, clubes, o equipos deportivos para practicar sus pasatiempos y profundizar en sus intereses desde la perspectiva de las habilidades para la vida; esto les permitirá explorar su talento y vocación.
5. Manténgase informado: las habilidades para la vida son un tema en desarrollo que apenas empieza a sistematizarse, por tanto, es vital que madres, padres y las personas adultas que cuidan o trabajan con niños, niñas y adolescentes, puedan informarse sobre este tema, conozcan cómo fortalecer las buenas prácticas y cómo estimular al máximo el desarrollo de estas habilidades en los más pequeños.