Redacción- La historia de uno de los clubes más longevos del fútbol mexicano, el popular Club Atlas de Guadalajara, tiene reservado un lugar muy especial para Edwin Cubero Rivera. El costarricense enamoró a toda una ciudad a base de un impecable olfato goleador que marcó una época e hizo del Atlas el protagonista del fútbol azteca durante la segunda mitad de los años cuarentas y la primera de los cincuentas.
Nacido San Antonio de Belén,Heredia, un 11 de febrero de 1924. Cubero debutaría como profesional en su querido Club Sport Herediano para luego jugar en el tradicional Club Sport La Libertad, tras apenas tres juegos disputados con los Libertarios daría el salto al fútbol mexicano para convertirse en leyenda de dicho balompié.
Tras buenas temporadas en el fútbol nacional, llegaría en 1948 a suelo azteca luego de que fuera observado por Onorato Etiene, hermano de uno de los directivos del Atlas, mientras viajaba a Suramérica para atender su negocio de telas y especias.
En Costa Rica, Onorato vio un partido y ahí descubrió a un bestia goleadora. Era apenas el tercer juego que hacía Edwin en la máxima categoría con el Club Sport La Libertad. Hablaría con él, le dijo que le parecía un gran delantero y le ofreció viajar a México, para que siguiera su carrera profesional, donde se quedó para siempre.
Cubero estaba destinado a escribir con letras de oro su paso en el balompié mexicano, de inmediato se convirtió en un romperredes letal que marcaría el camino para toda una constelación de delanteros que, años después, aún persiguen sus marcas y sus actuaciones legendarios que marcaron a toda una generación.
A su llegada a Guadalajara,Jalisco, se mostró en desacuerdo con el entrenador Eduardo “Ché” Valdatti, quien lo colocó como punta por el sector de la izquierda cuando él jugaba habitualmente como centro delantero, dicho cambio fue fundamental en su carrera y logró convertirlo en goleador en Liga, Copa y Campeón de Campeones de México.
En 1951 fue elegido por la historia para llenar de gloria las vitrinas rojinegras del Atlas al ser el anotador del gol del triunfo en el clásico ante Chivas de Guadalajara que significó el título de Liga para el equipo, además de que en aquella campaña brilló con 14 anotaciones en su cuenta personal.
Edwin Cubero Rivera, una leyenda del Atlas de Guadalajara:
El 22 de abril de 1951 saldría como estelar en el partido más importante en toda la historia de los llamados zorros rojinegros, cuando el Atlas , por única vez en su extensa historia, fue campeón de la liga mexicana, gracias a la clase del legendario ariete nacido en Heredia, Costa Rica.
De ganarle su odiado rival, Chivas, el Atlas de Cubero Rivera se coronaría campeón de la liga 1950-1951; pero de empatar o perder, forzaría al Atlas a esperar el siguiente juego contra los potros de hierros del Atlante.
Pero, Edwin Cubero fue el culpable de cambiar el rumbo de la historia a favor de los zorros.
El Estadio Parque Oro, antiguo estadio tapatío, presentaba un llenazo realmente espectacular, algo realmente sin precedentes,una cifra total de 15.305 espectadores dejó una recaudación histórica de 44.500 pesos para ese entonces.
Durate el compromiso hubo angustia en la tribuna rojinegra y un empate sin anotaciones en la etapa inicial. Pero a los diez minutos del complemento, en un entrevero dentro del área de las Chivas, el árbitro Pedro Salceda decretaría penal, a favor del Atlas, por una mano en el brazo derecho del defensor Rafael Orozco.
El viejo estretega argentino del Atlas, Eduardo «Ché» Valdatti, dudaba y se notaba un poco desesperado.No sabía qué hacer. El grandioso no era el tirador oficial, pero, muy decidido, se ofreció a cobrarlo. Se acercó al punto de penal y con mucha clase y personalidad Edwin Cubero lograría su gol número 11 de la temporada.
La ejecución del costarricense fue al ángulo izquierdo y el arquero rojiblanco Jaime Gómez, quien se tiró al lado contrario, vería como caída su meta y como el rival se saldría con la suya por culpa de un costarricense histórico.Ese gol definitivo del 1 a 0, que significó el título para el Atlas de Guadalajara que con 30 puntos alcanzados saldría campeón ante su fiel afición.
Cubero también fue partícipe de los campeonatos de Copa en los años de 1946, 1950 y el Campeón de Campeones en las campañas de 1946, 1950 y 1951.
En 1956, el Club Atlas de Guadalajara decidió prescindir de sus jugadores extranjeros y, de esta forma, fue transferido por un corto período al Puebla. Este hecho lo molestó tremendamente, ya que en 1955 se le había negado una venta al poderoso Manchester United de Inglaterra, y luego de este problema decidió abandonar el fútbol para siempre.
Cubero falleció un miércoles 8 de Marzo del 2000 en Guadalajara, Jalisco, México, a la edad de 76 años.
Hoy en día su legado permanece en cientos de aficionados de Club Atlas de Guadalajara, quienes recuerdan la gesta heroíca de su ídolo, Edwin Cubero Rivera.