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Redacción-La Comisión Costarricense de Cooperación con la Unesco ve con gran preocupación el tema del acoso escolar en nuestro país, por ello, y en el marco de la conmemoración del Día Mundial de la Lucha Contra el Bullying, el organismo pide a las autoridades costarricenses y a los padres de familia, prestar más atención a este tema.

Para la presidenta de la Comisión, Rocío Solís, esta fecha no puede pasar inadvertida, pues la gravedad de la situación no está siendo entendida en toda su dimensión.

“Debemos entender que no se trata de una conmemoración más. El tema es muy serio y debe atenderse como tal. Es nuestro deber, como sociedad, prevenir el bullying y fomentar una cultura de paz que le permita a nuestra niñez, contar con una ambiente sano y libre de toda agresión”, explica Solís.

El organismo hace un llamado especial a las autoridades costarricenses y a los padres de familia, para que adopten acciones que permitan detener esta práctica reprochable, que ha socavado la paz y la ilusión de la niñez.

Para Solís, es urgente que la comunidad educativa “aplique, de manera eficiente e integral, todos los protocolos de atención ya establecidos para los casos de bullying en las escuelas y colegios, pues las acciones para enfrentar esta problemática no pueden quedarse sólo en el papel”.

Asimismo, Solís pide a los padres de familia que estén más atentos al comportamiento de sus hijos, para poder detectar posibles víctimas y hasta victimarios.

La prevención es una de las mejores formas de combatir el bullying, y de acuerdo con la presidenta de la Comisión Costarricense de Cooperación con la Unesco, urge romper los círculos de violencia. “Nuestro deber está en no enseñar a nuestros hijos a defenderse por medio del poder y la violencia, no debemos legitimar prácticas agresivas ni pensar que esto siempre ha existido y que, por ello, es totalmente aceptable”, explica Solís.

No ser indiferentes y denunciar los casos de bullying, es también clave para enfrentar esta problemática. En ese sentido, Solís recuerda que “esta práctica se alimenta del silencio de quien lo padece, y de quien lo ve y no lo denuncia”.