- Colegio de Médicos investigará cirugía y proceso de la ex modelo puertorriqueña
Redacción – Para el pasado mes de abril, la Universidad de Costa Rica (UCR) compuso un informe sobre 13 casos de muertes por procedimientos estéticos. El tipo de cirugía más común en estos casos fue la liposucción. Ahora, la ex modelo y empresaria, Lynda Díaz, se encuentra delicada de salud por complicaciones tras realizarse este proceso quirúrgico.
Los casos mortales se presentaron ante el Departamento de Medicina Legal del Poder Judicial y son entre enero de 2006 a diciembre de 2015.
El proceso mencionado consiste en extraer la grasa sobrante del cuerpo por medio de una cánula o jeringa conectada a una máquina succionadora. Es un procedimiento invasivo que se inserta en el cuerpo del paciente hasta llegar al tejido adiposo.
A la liposucción le siguen otras cirugías para el agrandamiento de glúteos y la remodelación de abdomen.
En cuanto a los motivos directos de muerte, el embolismo pulmonar sobresalió como la primera causa. Las otras fueron el shock séptico -infección masiva en el cuerpo humano- y el shock hipovolémico, también conocido como síndrome hemorrágico o sangrado intenso.
“El embolismo pulmonar se divide en otras categorías. Una es el embolismo graso –obstrucción de un vaso arterial por una masa de grasa–, que fue el más usual y que estuvo relacionado con la liposucción. El deceso se produjo durante o justo cuando terminó la operación. El resto de las causas (shock séptico y el hipovolémico) fueron complicaciones que surgieron después de la cirugía. Hay una serie de factores que pudieron incidir, como la condición inicial del paciente, un mal manejo quirúrgico o pocos cuidados postoperatorios”, indicó la doctora que investigó el tema, Marcela Balmaceda Chaves.
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La noticia del delicado estado de salud de Díaz, hizo que el Colegio de Médicos y Cirujanos quisiera abrir una investigación de oficio para determinar si las complicaciones son propias de la cirugía practicada o si son resultado de los cuidados post operatorios. Es decir, valorar el cumplimiento de normativas médicas y de salud.
