Paul Chaves C.
Profesor, Centro Formación Criminología y Seguridad
Security College US, Costa Rica


El 75 % de los homicidios en Costa Rica se cometen con armas de fuego. El asunto es: ¿de
dónde vienen estas armas? Cómo las consiguen los sicarios y criminales?

El tema de las armas de fuego es uno de los debates peor planteados en seguridad. No es el único así y por eso estamos en problemas. No se defienden argumentos sólidos ni se habla con evidencias. Se defiende en muchos casos gustos de las personas.

No podemos hacer políticas con base en gustos. Si queremos resolver el problema de la seguridad en Costa Rica tenemos que tener un debate de altura al respecto. Políticas con argumentos y evidencias es lo que ocupamos.

En Costa Rica básicamente hay 2 posiciones sobre las armas de fuego. Una posición se ha orientado a señalar que el mercado legal es el que alimenta el mercado ilegal. Los ciudadanos y empresas compran armas en armerías, luego por diversos caminos llegan a los criminales. Es la línea de pensamiento que ha impulsado por ejemplo la Fundación Arias en diversos estudios y
otros expertos civiles.

¿Solución? Pues que haya menos armas. Es una forma sencilla de explicar el fenómeno y de dar una solución. Pero tiene sus defectos. Otra escuela de pensamiento, sobre todo que proviene de organizaciones civiles, “defensoras de las armas”, se orienta a enfatizar que el origen es el contrabando.

Las armas vienen de las FARC, buzones de Nicaragua o cárteles de drogas de México. ¿La solución? Combatir las armas de fuego en manos de criminales, decomisos, operativos, etc. Pero NO quitárselas a los “ciudadanos honestos” (todos en principio). El gobierno PAC (LGS) impulsó directrices para limitar las armas en manos civiles, particulares y para empresas de seguridad (Directriz 132-2016).

¿Argumentos? Armas de fuego terminaban en manos de delincuentes, sobre todo vía robo, hurto y descuidos. Y empresas fantasmas cuyas armas no aparecían. Resultado? Nada de esto detuvo la epidemia de violencia ni los homicidios, igual el 2017 terminó con 603 homicidios. El asunto es que la cantidad de armas no es por sí el problema.

En Suiza todos los ciudadanos de hecho están armados, pero esto se acompaña de un entrenamiento de calidad y factores culturales. Las muertes por armas en Suiza son prácticamente cero.

En EE UU tampoco la cantidad de armas de fuego es el problema (1 prácticamente por cada persona, 300 millones de habitantes), el problema es el acceso fácil a armas de ráfaga y la debilidad en un sistema unificado de antecedentes criminales y policiales. Y claro también muchos locos acceden a ellas. Ni prohibiciones absolutas de armas (México, Venezuela) ni armas para todos.

Resultado de lo primero, sólo los criminales las tienen y violencia sin precedentes. Resultado de lo segundo: llegan a personas sin las condiciones mentales ni técnicas para su uso y por ello mueren mujeres y niños, “amigos” en pleitos tontos de bares o hay accidentes. Y también sí, algunas llegan a los criminales. Que 75% de los homicidios se cometan en armas no significa que hay que prohibir su acceso a todos.

No creo en el desarme total de la población, pero tampoco en supuestos “derechos” de “ciudadanos honestos”. Armas de fuego en empresas y personas bien justificadas según riesgos reales. Contundencia absoluta contra las armas en manos de criminales.

1 COMENTARIO

  1. Exelente articulo, solo veo importante recalcar que a lo que llamamos derecho es al acto de poder optar por esta herramienta si es lo que nos parece acertado y si cumplimos los requisitos, no le llamamos derecho al acto de armas para todos.. sino a que se respete si cumplimos con los requisitos y no se nos persiga

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