Costa Rica no ofreció juego, tampoco garra y mucho menos técnica. El juego inaugural de los ticos en Samara, Rusia, fue desilusionador para Costa Rica y el mundo.
Aquellos pronósticos negativos se convirtieron en una realidad. Lo visto en los amistosos fue un reflejo de lo que hoy vivimos los ticos.
Oscar Ramírez, desde su puesto en el banquillo, quedó con una gran deuda, al igual que muchas de las estrellistas de nuestra selección.
La inspiración que vivimos en Brasil 2014 la dejaron en Costa Rica, en alguna maleta quedó olvidada. No fuimos ni la sombra de lo que mostró La Sele hace cuatro años.
Un primer tiempo completamente encerrados en nuestra media cancha, esperando las constantes llegadas de Serbia. Fue solo al minuto 3, cuando Pipo González estuvo cerca de anotar, pero después de eso, Costa Rica desfalleció.
El juego fue casi en su totalidad de Serbia. Y así llegó el final del primer tiempo.
En el segundo, Costa Rica siguió sin mostrar un buen fútbol, era casi una copia del primer tiempo.
El banquillo pretendió, en Christian Bolaños, encontrar un mejor juego. Al 60, Johan Venegas salió del terreno en el primer cambio para los ticos y, con ello, Bolaños se convertía en el costarricense con más partidos en un mundial.
Costa Rica no exhibía su mejor juego; sin embargo, el equipo se paraba relativamente bien en la parte baja, pero llegó una falta en las afueras del área. Corría el minuto 57. Era el segundo tiempo de un juego deslucido para Ramírez y compañía.
Navas acomodó la barrera y se paró bajo su marco. Frente al baló, el serbio Aleksander Kolarov. Con la frialdad de un matador de toros, miró al marco, dio dos pasos y remató. ¡Un tiro perfecto! El pie izquierdo acarició con técnica fina el balón que pasó por encima de los tres defensores ticos y entró por el ángulo. ¡Gol de Serbia!
Ni el Halcón Tico pudo detener aquel remate.
El gol no solo fue un balde de agua fría para la afición, en el banquillo obligó a Oscar Ramírez a tomar decisiones. El primer cambio llegó al minuto 66. Un desteñido Ureña, quizás por la soledad en la delantera, fue el sacrificado para que Joel Campbell entrara en busca del empate.
Con sus gambetas comenzó a desacomodar la banda derecha, pero sin lograr el objetivo. El Machillo buscó casi de inmediato un nuevo cambio y miró, con ojos de preocupación, a Daniel Colindres. Él sería el elegido.
Al minuto 72, David Guzmán salió del terreno y Colindres se estrenó en un mundial. Era su debut en la mayor competición futbolística del mundo.
El equipo comenzó a atacar más seguido. Decidió, por fin, salir de la media cancha en la que estuvo encerrado todo el primer tiempo.
Joel continuaba desequilibrando, pero no era suficiente. Hacía falta más fuerza defensiva, orden y técnica. En las graderías, incrédulos, los ticos solo atinaban a tomarse la cara con sus manos, con un rostro de desilusión.
En el terreno de juego, los seleccionados seguían su juego y Serbia cada vez echaba más el bus atrás, protegiendo aquel gol de Kolarov.
No había como jugar bien. La Sele desilusionó y con una derrota le dijo a los papás: feliz día.
Las excusas no faltarán como ya es costumbre.
que sigan soñando con la Costa Rica de hace 5 años.. si fuese posible habrá que esperar otros 5 años para ver como nos va!! haber como nos va por que si seguimos igual no vamos a disfrutar del triunfo.
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