Redacción- La Universidad de Costa Rica realizó una gran inversión en infraestructura gracias al préstamo del Banco Mundial, al Fideicomiso con el Banco de Costa Rica y al Plan de Inversiones Institucional. Todo esto viene a fortalecer el compromiso con una educación de calidad al servicio de la sociedad costarricense.

Cada una de las obras responde a necesidades como el aumento de cupos, equipos más sofisticados, espacio para la atención de la docencia, así como la posibilidad de expandir la labor de los centros de investigación y los servicios que se ofrecen a la comunidad nacional. Así, la UCR una vez más se pone a la vanguardia con infraestructura y equipamiento del más alto nivel.

Fideicomiso con BCR y préstamo del Banco Mundial

Con la conclusión del complejo de la Plaza de la Autonomía finalizaron las obras que se hicieron con el Fideicomiso UCR-BCR y que incluyeron los edificios de la Facultad de Ciencias Sociales, Ingeniería, Odontología, Derecho y Residencias Estudiantiles.

Según explicó Dunnia Rodríguez, coordinadora de los proyectos de infraestructura del fideicomiso, este esquema es una figura jurídica que permite el financiamiento de las obras de infraestructura, considerando varias fuentes (según se define en el contrato de Fideicomiso refrendado por el ente contralor); por lo tanto, es un vehículo flexible y dinámico que permite desarrollar el programa de proyectos, de acuerdo con un cronograma de obra aprobado entre las partes.

Al ser un instrumento jurídico de derecho privado que subyace en los principios constitucionales y principios de contratación administrativa, permite operar con fundamento en esos principios más no en los procedimientos de la contratación de bienes y servicios (procedimientos de la Ley de Contratación Administrativa), elemento que flexibiliza los procesos y los tiempos de gestión en las etapas de contratación de la obra, según la estructura funcional definida, esto es, los procesos, procedimientos, reglamentos, manuales y documentos que se elaboran en el esquema para ordenar el proceso, con fundamento en los principios señalados.

Adicionalmente, permite articular equipos de trabajo interdisciplinarios públicos y privados, con experiencia para cumplir los programas de actividades. De igual forma, como los procesos son más expeditos, permiten el retorno de la inversión en menor tiempo, lo que se revierte en tiempos y costos de ejecución menores para minimizar los riesgos en la ejecución de la obra.

Bajo esta modalidad también se construyó el edificio de aulas y laboratorios de la Facultad de Ciencias, el edificio anexo de la Escuela de Ciencias de la Computación e Informática, el edificio de parqueo integral, en la Ciudad de la Investigación en finca 2 en Sabanilla, y la Unidad de Conocimiento Agroalimentario de la UCR (Ucagro-UCR). La inversión total hecha por medio de este sistema ascendió a $120 millones.

Para el Dr. Henning Jensen Pennington, rector de la UCR, una vez más la institución demuestra que es posible la construcción de obra pública por medio de distintos mecanismos y mediante procesos que pueden ser emulados por otras instituciones públicas.

Por otro lado, parte del préstamo del Banco Mundial se invirtió en infraestructura y equipamiento en todas las sedes y recintos. En total, el monto invertido fue de casi $11 millones para 18 edificios y otras obras.

Con estos fondos se hizo posible la construcción del edificio de la Escuela de Salud Pública, de Tecnologías en Salud y del Centro de de Investigación en Ciencias del Movimiento Humano, que ya fueron entregados.

Aún se encuentran en construcción o por iniciar los edificios del Centro de Investigaciones en Neurociencias, el Centro de Nanotecnología y Nanociencia del Cicima-UCR, y para las carreras de Tecnologias en Salud y Tecnología de Alimentos en la Sede de Guanacaste, entre otros.

Plan de Inversiones Institucional

En el 2017, se finalizaron 12 obras con fondos ordinarios de la institución, entre ellas el edificio anexo de Medicina, las canchas nuevas de las instalaciones deportivas, la piscina pedagógica de la Sede del Atlántico y el Jardín Botánico Lankester, entre otras. Esto implicó una inversión de más de ₡2500 millones.

A mayo del 2018, se habían terminado de construir 10 obras adicionales, que incluyen el cambio de parasoles en la Biblioteca Luis Demetrio Tinoco, el Centro Infantil Laboratorio (CIL), la Casa Infantil Universitaria (CIU) y la planta de tratamiento de la Sede del Pacífico en Esparza. Para estos trabajos se invirtió un total de ₡1800 millones.

Quedan por concluir en el presente 2018 la construcción de 11 proyectos, donde destacan los edificios anexos de aulas en la Sede del Caribe y del Pacífico, la ampliación de las residencias estudiantiles en el Recinto de Guápiles, el laboratorio de Redes de la Sede del Pacífico y la ampliación de la biblioteca de la Escuela de Educación Física y Deportes. Para esto se destinó alrededor de ₡800 millones.

El conjunto arquitectónico de la Universidad responde a la preocupación por la parte física del ambiente, pero también de la apropiación social de los espacios. Así, las obras tienen una lógica de diseño pensada en un uso sostenible de los recursos, como el ahorro de agua y electricidad, pero también para que las personas tengan una convivencia armoniosa entre ellas y con el ambiente. Espacios integradores entre las obras y la naturaleza se promueven con senderos, sitios de reposo y laboratorios naturales para su mayor aprovechamiento.