- 17 personas fueron hospitalizadas
- Objetos caían sobre las cabezas de los pasajeros
Redacción – Los accidentes marinos están en las pesadillas o en las principales fobias de muchos y es por eso que estas imágenes del crucero en Noruega, Viking Sky, se han viralizado y tienen a los usuarios de redes sociales con los pelos de punta tras la avería que sufrió con 1300 pasajeros a bordo.
El hecho se dio el sábado anterior, cuando se encontraba en navegación a unos 5 kilómetros de la costa de Hustadvika, una zona de difícil navegación por sus vientos y corrientes marinas. Justo ahí, su sistema de motores falló. El impacto fue tanto que las mesas, sillas y sillones se desplazaban fuertemente de un lado a otro debido al movimiento del oleaje. Incluso, las personas también hacían el mismo movimiento y no tenían dónde agarrarse para evitarlo.
Lo peor de todo es que la situación se dio en un escenario realmente terrorífico: estaban en medio de una condición climática complicada con olas de hasta 8 metros y fuerte viento.
Cuando se reportó la avería, los rescatistas empezaron a actuar de forma inmediata. Primero, buscaban rescatar personas vía aérea y, posteriormente, ayudar a que la embarcación navegara sola para llegar hasta puerto seguro. De lo contrario, el rescate iba a ser eterno.
Desde el protocolo de la embarcación, les colocaron chalecos salvavidas a los turistas y los mantuvieron juntos en un auditorio.
Unas 500 personas fueron evacuadas por aire. Luego, el barco pudo navegar a unos 80 kilómetros de donde se produjo la avería, tras lograr arrancar tres de sus cuatro motores.
Además, 17 personas fueron hospitalizadas con heridas, pero sin riesgo de muerte. Tres de ellas se encuentran en estado grave.
El fundador y presidente de la empresa propietaria del crucero, el multimillonario noruego Torstein Hagen, conversó con la cadena de ese país, Norwegian TV2, y reconoció lo impactante de la situación que vivieron sus clientes, en su mayoría adultos de la tercera edad.
«Han tenido una experiencia un tanto impactante. La mayoría de nuestros pasajeros son personas de la tercera edad, (…) imagínese cómo es estar colgado de ese cable. Debe ser una experiencia terrible, pero parece que lo han manejado muy bien”, relató Hagen.
Incluso, en los vídeos captados por pasajeros se puede observar cómo caen objetos sobre las cabezas de quienes viajaban en él.