• Sus únicos dos cetros de campeón los obtuvo vestido de morado

Redacción- En estos momentos, si se piensa en un morado de corazón, lo primero que se viene a la mente es sufrimiento por la pérdida de un título más para sus vitrinas, pero hay uno que tiene una sonrisa de oreja a oreja a pesar de eso.

Se trata de Álvaro Saborío, un jugador que se ha declarado saprissista «hasta los huesos» en múltiples ocasiones; sin embargo, bajo su piel, se esconde un gran amor por el pueblo que le vio nacer y hoy lo corona como campeón nacional: San Carlos.

Pese a que el Saprissa está plasmado en su corazón, el delantero se sumó en 2017 a las filas de Los Toros del Norte para hacer historia más adelante y coronarse campeón de la Segunda División y la noche de este miércoles de la máxima categoría.


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La participación del artillero en el conjunto norteño fue fundamental para la consecución histórica del título. Anotó 12 goles a lo largo del certamen y figuró en múltiples anotaciones.

A sus 37 años, lograr el título de campeón con San Carlos era todo un sueño para «Sabo», pues es el primer trofeo de campeón que obtiene su tierra natal.

«Quiero ser campeón y voy a darlo todo junto con mis compañeros», dijo el goleador a AM Prensa días atrás.

Este panorama, unos dos años atrás, era difícil de imaginar para Saborío, quien no se veía militando en un equipo diferente al Saprissa tras su llegada a Costa Rica del extranjero.


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