Fernando Molina, jefe jurídico de la universidad, señaló que el robo debió ocurrir durante los días en que la universidad permaneció cerrada en medio de las protestas sociales que estallaron el 18 de octubre y se llevaron los libros del Archivo Central Andrés Bello, donde solo pueden entrar funcionarios autorizados.
Según la investigación que realiza la fiscalía, la puerta de acceso a la Sala Neruda, donde se encuentra el 80 por ciento de la colección, tiene rastros de haber sido forzada y tras hacerse un inventario de las volúmenes los funcionarios dieron cuenta de la desaparición de las valiosas obras.
Entre los volúmenes robados figuran obras de Kircher Athanasius, de 1667, de Michael de Montaigne, fechados en 1724, y un Atlas de 1650, entre otros de los siglos XIX y XX y primeras ediciones que Neruda coleccionó a lo largo de su vida.
El centro universitario indicó que cada libro sustraído podría superar el millón de pesos (más de mil 200 dólares) en el mercado negro.
Asimismo, la Universidad solicitó a la Fiscalía que la búsqueda corra a cargo de la Brigada Investigadora de Delitos Contra el Medioambiente y el Patrimonio de la Policía de Investigaciones, con miras a recuperar lo robado.