- Manuel Obregón brinda un recorrido por su paso en el mundo artístico costarricense
Redacción – Enamorado de Costa Rica, apasionado por las diferentes expresiones de arte, amigo, esposo, creativo y si siguiéramos, no terminaríamos. Este miércoles se anunció la partida de Luciano Capelli, pero su legado queda intocable.
Para los que lo conocieron, lo describen como un tico más y amante de fotografiar las bellezas de Costa Rica. Justo así lo detalla Manuel Obregón, músico integrante de la banda Malpaís.
«Era una persona sumamente abierta, muy riguroso y exigente con su trabajo. Un enamorado de Costa Rica, la naturaleza costarricense era su pasión y en eso pasó toda su vida, sobre todo los últimos años», comentó Obregón.
Debido a una enfermedad que padecía, partió de este mundo luego de dejar grandes huellas en el país y Obregón vivió muchos proyectos junto a él.
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Ambos integraron Papaya Music, sello discográfico centroamericano, junto a Viky Pérez y Jazmín Ross, quien fue esposa de Capelli y falleció en el 2017.
Ross se especializaba en la parte escrita, Pérez en las artes plásticas, Obregón en la música y Capelli en lo visual.
Aunque Obregón se apartó de ese proyecto para ocupar su cargo como ministro de Cultura en el 2010, siempre se mantuvo muy de cerca con este fotógrafo.
«Él le dio un sentido diferente a la producción de discos aquí, sobre todo en la parte estética como hacer portadas bonitas», agregó Obregón.
Con su talento como productor musical, sacó varios éxitos como Se quema el cielo, que retrata los incendios forestales en Guanacaste, además del documental realizado en Santa Rosa.
«Si bien él era de origen italiano, es un tico por adopción. (…) El día que nos conocimos, la química fue inmediata. Él no era músico, pero tenía muy clara la visión de cómo hacer las cosas correctamente», especificó Obregón al explicar cómo se llegó a Papaya Music.
Capelli ayudó a Obregón a hacer el CD y DVD de Simbiosis y trabajaron juntos en el primer festival de música centroamericana que se realizó en San José.
Ambos se reunían semanalmente para ver cómo impulsaban el trabajo de un artista dentro de Papaya Music.
Sus trabajos audiovisuales más destacados viajaron por todo el país y hasta viajaron a otro continente, pues fueron expuestas en Europa.
«Juntos hicimos una compilación de música nacional muy importante y ahí está el legado que nos deja, más todos sus libros y el recuerdo en nuestros corazones», destacó Obregón.