- Permaneció más de 12 horas en cuidados intensivos
- Una infección renal complicó su estado de salud
Redacción – Una triste noticia llegó para todos los amantes de los perritos y para los trabajadores de la clínica del doctor Óscar Robert Echandi: Milo, el perrito que nació sin ano, no sobrevivió.
«Estuvo en nuestra unidad de cuidados intensivos por más de 12 horas, con todos los controles y medicamentos necesarios para tratar su padecimiento. En la madrugada, su condición empeoró y este angelito se nos adelantó», escribieron los doctores Robert.
Según indicaron, una infección renal impactó su estado de salud.
Milo tenía tan solo 1 mes de nacido y su futuro era esperanzador, pues esta «pulguita» -como le decían en la clínica- tenía muchas ganas de vivir, era todo un guerrero.
«Luchamos demasiado desde el domingo a hoy en la madrugada, son muchos sentimientos encontrados. Todos aquí estamos destrozados», agregó el doctor Robert hijo a AMPrensa.com.
Esta experiencia definitivamente marcó muchas vidas, por lo que le dedicaron unas conmovedoras palabras a este perrito que luchó hasta el final.
«Milo, gracias por venir a enseñarnos de coraje, de fortaleza y sobretodo de amor. Hicimos todo lo médicamente posible por mejorar tu calidad de vida, pero Dios tenía otros planes», escribieron los veterinarios Robert.
Milo: siempre será recordado
La historia de este pequeño viajó por todo el país y conmovió a más de uno, pues fue rescatado por una familia en Tucurrique de Cartago y fue llevado al hospital veterinario el 4 de julio para su urgente cirugía; sin embargo, su salud se complicó.
Milo fue prácticamente adoptado por los veterinarios, quienes tomaron el caso sin cobrar ni un colón y posteriormente lo operaron para la construcción de su ano, debido a que nació con atresia anal.
Tras varios exámenes, se comprobó que su salud le permitía intervención quirúrgica. Sin ano, tenía muy pocas posibilidades de sobrevivir.
El doctor Óscar Robert Escalante, hijo del reconocido doctor Óscar Robert Echandi, así como la médica veterinaria Tahianna Vargas hicieron la complicada operación el 9 de julio, de la cual Milo se recuperaba de forma exitosa.
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Comía, caminaba y hasta lloraba para que lo «chinearan». Él estaba progresando muy bien; sin embargo, se puso mal el domingo anterior.
En los planes estaba que Milo se recuperara aún más y creciera un poco para poder realizarle otras intervenciones delicadas para su control de esfínteres y para terminar el proceso de formación de su ano.
Este es un caso muy inusual, del cual hay poca literatura al respecto, pero los médicos veterinarios pusieron todo su empeño y experiencia para que Milo saliera adelante.
«Cuando ingresó el sábado esa ‘pulguita’ de 700 gramos, con esos ojitos pidiendo ayuda, fue súper conmovedor. Mi papá y yo nos volvimos a ver y dijimos: ‘hay que ayudarlo. No lo podemos dejar así’», recordo ell dr. Robert Escalante cuando el perrito fue llevado a la clínica.
