Redacción – Las mordeduras de perros pueden ser letales y, en el caso de los niños, pueden ser fatales. Los menores son quienes podrían sufrir más este tipo de accidentes, por lo que es responsabilidad de los dueños de las mascotas y de los padres de familia vigilar a los niños junto a los animales.
El tema de las «razas peligrosas» no es lo que parece. Existen perros que, genéticamente, pueden ser más fuertes dependiendo de su raza. Esto por la fuerza en su mandíbula a la hora de morder, o por el tamaño de sus dientes que pueden causar lesiones más severas.
Sin embargo, eso dependerá del dueño. Un perro de cualquier raza puede llegar a ser amigable, pero también morder en situaciones que lo pongan incómodo.
El director general a.i. del HNN, Carlos Jiménez, indicó que son aproximadamente 150 niños que se atienden anualmente en el centro hospitalario por mordeduras de perro, donde 20 de ellos -en promedio- requieren hospitalización, según Jiménez.
Si usted tiene un perro, ¿cómo evitar que ataque?
A veces puede ser impredecible e inesperado. Por ello, lo ideal es educarlo desde que está cachorro. Eso implica no mantener al perro amarrado o encerrado en un espacio reducido, pues eso los puede hacer bravos como perros de cuido.
Es bueno que los animales socialicen con otras personas. Eso puede lograrse con caminatas y que conozcan a otras personas, como cuando llegan invitados a la casa.
También, procure acariciar y darle suficiente cariño a su mascota, para que se sienta en un ambiente cómodo, tranquilo y seguro. Eso le permitirá conocer qué le gusta y qué no le gusta a su mascota.
Si llegan personas ajenas a la casa, en especial niños, explíqueles dónde no le gusta que lo acaricien, o qué no le gusta que le hagan.
Siempre esté cerca de su mascota y regáñelo si se pone agresivo, pero vele para que las otras personas, por ejemplo, no lo lastimen.
Si por una circunstancia u otra, el perro es bravo, lo mejor es sacarlo a pasear con bozal. Lo mismo cuando hay visitas en casa.
Cuando les va a dar alimento, no lo moleste. El tiempo de su comida es «sagrado».
Si usted es padre de familia
Recuérdele a sus hijos e hijas que no deben jalar de la cola u orejas del perro. Eso puede molestar a la mayoría. Tocarles las patas también puede provocar que se molesten.
Lo ideal es que la cara de los niños no esté cerca del hocico, por si llegaran a morderlos.
Explíquele a los niños cómo deben socializar y permanecer con las mascotas, para evitar cualquier molestia de parte de ellos.
El médico Jiménez aconseja que los niños no vean fijamente a los perros y que no los persigan.