Inicio Nacionales Compartir desnudos sin consentimiento: No es «gracioso», es un delito

Compartir desnudos sin consentimiento: No es «gracioso», es un delito

Puede haber un delito de pornografía infantil, extorsión o violación de datos personales

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  • Pena puede ser de cuatro a ocho años de prisión

Redacción – Compartir fotografías de personas desnudas no es gracioso, tampoco es un juego ni algo divertido. Es un delito que puede ser castigado con cárcel, además de ser un irrespeto y violencia que afecta directamente a la víctima.

Durante este jueves 26 de noviembre, trascendió la existencia de un grupo de Telegram con 3 mil usuarios, donde se envían fotografías de mujeres sin ropa y sin su consentimiento.

El abogado y experto, Rogelio Ramírez, indicó a AMPrensa.com que, por esta acción, se puede incurrir en varios delitos.

Por ejemplo, el que puede ser más general es el Violación de datos personales (artículo 196 bis del Código Penal), el cual reza lo siguiente:

Será sancionado con pena de prisión de tres a seis años quien en beneficio propio o de un tercero, con peligro o daño para la intimidad o privacidad y sin la autorización del titular de los datos, se apodere, modifique, interfiera, acceda, copie, transmita, publique, difunda, recopile, inutilice, intercepte, retenga, venda, compre, desvíe para un fin distinto para el que fueron recolectados o dé un tratamiento no autorizado a las imágenes o datos de una persona física o jurídica almacenados en sistemas o redes informáticas o telemáticas, o en contenedores electrónicos, ópticos o magnéticos.

La pena será de cuatro a ocho años de prisión cuando las conductas descritas en esta norma:

d) Cuando las conductas afecten datos que revelen la ideología, la religión, las creencias, la salud, el origen racial, la preferencia o la vida sexual de una persona.

Ramírez destaca que, además del anterior, se puede cometer otro delito grave como pornografía infantil, seducción con menores, extorsión, entre otros.

«Nadie puede imponer su voluntad por encima del derecho que tienen las personas de proteger su imagen. También incluso puede haber un atentado en nivel extorsivo. Extorsionar a una persona teniendo material íntimo, cuando se pide un dinero o condición a cambio de no publicarlas, por ejemplo», explicó el defensor legal.

Por otro lado, también puede presentarse un delito donde se presente una extorción o sometimiento, donde se obligue a la otra persona a participar de las imágenes al desnudo.

El abogado hace hincapié en que, debido al entorno social, debe existir una legislación que castigue esos comportamientos que ni siquiera deberían presentarse.

«Esto es un asunto cultura y es preocupante. Tanto como los resabios machistas, o el colmo de que tenga que regularse de forma penal el acoso callejero, o que se deba regular el hecho de que una persona no pueda mostrar sus genitales o masturbarse en vía pública, eso da una noción de cuál es la cultura en la que nos estamos desarrollando. Es una falta de respeto y hay un desconocimiento sobre que, mi derecho, llega hasta donde empieza el derecho de la otra persona. Eso aplica en todas las áreas de la vida social», agregó Ramírez.

Lo que algunos pueden considerar una simple fotografía o vídeo, puede significarse una pesadilla para la otra persona. Imágenes que comúnmente fueron compartidas en un espacio íntimo, terminaron en manos equivocadas.

Eso puede provocar despidos, problemas en las relaciones interpersonales, humillaciones y más. Un «reenviar» puede significar un daño irreparable para la víctima.

Difundir imágenes de este tipo es muy delicado. Es irrespetuoso, pero también se traduce en enfrentar un proceso penal y hasta la cárcel.

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