Redacción- El pasado 6 de octubre, el Organismo de Investigación Judicial (OIJ) detuvó a tres sospechosos del secuestro extorcivo de una mujer de 38 años y a su bebé de cuatro meses en Río Claro de Golfito.

En apariencia los detenidos fueron un hombre de apellidos Cortés Porras de 64 años, que fungía como el propietario del lugar de cautiverio donde tuvieron secuestrada a la mujer y a su hijo.

El segundo de apellidos Álvarez Córdoba, 55 años, y era uno de los intelectuales, encargado de la logística. El último sospechoso es de apellidos Martínez Soria de 40 años y salvadoreño. Este último fundió el papel de negociador y brindaba custodia a la persona secuestrada.

Sin embargo, el sospechoso de apellidos Cortés Porras, niega haber participado del hecho delictivo y afirma que es un ciudadano con más de 24 años de trabajar para una prestigiosa empresa denominada Ventanas del Pacífico.


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El ciudadano dice que el OIJ brindó información falsa sobre que él hubiera facilitado su vivienda para el secuestro, o que se prestó para alguna acción delictiva.

«Lejos de todo pasé todo el fin de semana (fecha del aparente secuestro) en el área metropolitana con mi familia como de costumbre, por lo cual mi propiedad la alquilé para ese fin de semana y desconozco si en la misma pasó algo de lo que dicen las autoridades, o tuvieron a alguien secuestrado», señaló Cortés Porras.

Para el sospechoso su detención por parte de las autoridades fue infundada, ya que el Ministerio Público lo dejó en libertad luego de la intervención de sus abogados defensores que ordenaron su libertad sin necesidad de solicitar ningún tipo de medida cautelar en su contra, todo dentro del proceso penal número 21-001853- 0062-PE, a diferencia de los otros imputados que su situación jurídica sí es diferente y actualmente guardan prisión preventiva.

«El que me hayan vinculado de esa manera ha causado una afectación enorme en mi limpia reputación y a nivel familiar irreparable, causando un trauma en mi hija de 3 años de edad que se encontraba en la casa al momento del ingreso violento de las autoridades del OIJ y de mi esposa, quién a raíz de todo esto se ha visto muy afectada, he incluso ha afectado nuestra relación, ya que me vinculan directamente con algo que nunca he tenido que ver ni participación alguna», concluyó.