Foto: Fin ilustrativo
Redacción: La revista The Lancet, anunció que Costa Rica incrementó en un 35,2% los trastornos depresivos y en un 35,6% los trastornos de ansiedad.
Según el Instituto de Investigaciones Psicológicas (IIP), esto significa que Costa Rica se ubica 7.6 puntos porcentuales por encima del promedio planetario en trastornos depresivos.
En el primer semestre del 2021 se registraron 3438 situaciones atendidas por depresión con una mayor incidencia de personas entre 50 y 54 años.
En Costa Rica según la Política Nacional la Salud Mental se define como: “Un proceso de bienestar y desempeño personal y colectivo caracterizado por la autorrealización, la autoestima, la autonomía, la capacidad para responder a las demandas de la vida en diversos contextos: familiares, comunitarios, académicos, laborales y disfrutar de la vida en armonía con el ambiente”  
Según informes en las primeras 15 semanas del 2022 se registraron en nuestro país 1390 atenciones señaladas como depresión.
La mayor incidencia se dio en personas entre 35 y 39 años, seguida muy de cerca por personas menores de edad entre 10 y 14 años.
Otro dato relevante y preocupante es el relacionado con situaciones atendidas por intención suicida, en donde el 26% corresponde a personas de 15 a 19 años, seguido de 10 a 14 años y de 20 a 24, con un porcentaje de 16% y 15% respectivamente.
Según encuestas realizadas a través de la herramienta digital U-Report de Unicef, las personas adolescentes y jóvenes en Costa Rica han experimentado ansiedad, aburrimiento y depresión, durante el confinamiento producido por las crisis de la pandemia del Covid-19.
Y es que sentirse ocasionalmente triste, enojado o con temor es parte de la vida, pero si uno o un ser querido lo experimenta la mayor parte del tiempo, es el momento de pensar en buscar ayuda, enfatizó Alessandra Hall, profesional en Psicología.
Las señales de alerta
Existen señales que podemos observar en nosotros o en las personas de nuestro ámbito social cercano para identificar que algo no anda bien, señaló Hall.
Entre ellas se pueden mencionar irritabilidad, ansiedad que puede observarse en una alteración general y falta de control, llanto  o tristeza sin razón aparente, alteraciones del sueño y alimentación, fatiga, molestias gastrointestinales, dificultades para concentrarse, entre otras, comentó la profesional en Psicología.