• Entre enero y mayo del 2023.
  • 66% de casos positivos registraron niveles muy elevados de alcohol, por lo que fueron remitidos a la Fiscalía.

Redacción-La Policía de Tránsito realizó 4.647 pruebas de expiración de aire resultando un 28% positivo, es decir, 1.286 personas se atrevieron a conducir luego de haber consumido licor.

De las 1.286 personas que dieron positivo a la prueba de alcohol, 349 arrojaron una resultado tan bajo que la Ley de Tránsito no establece ninguna sanción, mientras que 88 se acreditaron una multa de ¢368.000 y acumularon 6 puntos a la licencia, lo que les obligará, para poder renovar su documento, a llevar un curso de reeducación vial.

Si esos conductores son novatos, es decir, habían obtenido su licencia por primera vez, inmediatamente pierden el derecho a conducir por un año, además de tener que realizar el curso indicado, para renovar, una vez cumplida la sanción.

Finalmente, el 66% de los casos detectados, es decir, 849, terminaron a las órdenes de la Fiscalía, para que enfrenten una causa penal por el presunto delito de conducción bajo los efectos del alcohol.

Por otra parte, otros 42 conductores recibieron la sanción de ¢368.000 y acumularon 6 puntos por negarse a realizar la prueba de expiración de aire, en carretera.

“Son casi 1.300 personas las que hemos detectado bajo los efectos del alcohol, cerca de 260 al mes, esas cifras son lamentables en el sentido de que las personas decidan conducir luego de haber tomado licor; pero, por otro lado, refleja nuestro trabajo de control y prevención en carretera. Si tenemos 10 decesos vinculados a este tema, implica que hemos detectado 129, más o menos, por cada una de las personas que falleció. Desde una óptica positiva, potencialmente, entonces, por cada deceso, hemos podido contribuir a salvar, al menos, 129 vidas al sacarlos de las vías o comprobar si pueden seguir conduciendo”, analizó con base en las cifras Alexander Solano Quirós, Director de la Policía de Tránsito.