Redacción: El Departamento de Justicia planea reclasificar la marihuana como sustancia controlada de la Lista III, una clasificación compartida por medicamentos recetados como la ketamina y el Tylenol con codeína.

En EE.UU., la marihuana lleva 50 años clasificada como sustancia de la Lista I —junto a drogas como la heroína y el éxtasis, que se considera que no tienen ningún uso médico aceptado y un alto potencial de abuso— y sujeta a las restricciones más estrictas.
En 2023, miembros del personal de sustancias controladas de la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. (FDA, por sus siglas en inglés) escribieron en documentos que la agencia recomendaba reclasificar la marihuana porque cumple tres criterios:
  • Un menor potencial de abuso que otras sustancias de las Listas I y II;
  • Un uso médico actualmente aceptado en el tratamiento en EE.UU.;
  • Un riesgo de dependencia física bajo o moderado en las personas que abusan de ella.
El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas coincidió con la recomendación.
Aunque la marihuana tiene una «alta prevalencia de uso no médico» en EE.UU., no parece provocar resultados graves, en comparación con drogas como la heroína, la oxicodona y la cocaína, señalaron los investigadores.
Veinticuatro estados, dos territorios y Washington han legalizado el cannabis de uso recreativo para adultos, y 38 estados permiten el uso médico de productos de cannabis, según datos de la Conferencia Nacional de Legislaturas Estatales.
Desde la primera venta de cannabis para uso de adultos en 2014 en Colorado, el cannabis se ha convertido en el centro de una industria multimillonaria que ha atraído la atención de empresas multinacionales de sectores como el alcohol, la agricultura, la industria farmacéutica y el tabaco.
¿Qué cambiaría?
El cambio haría que las empresas dejen de estar sujetas a un código fiscal de 40 años de antigüedad que no permite créditos y deducciones de los ingresos generados por las ventas de sustancias de la Lista I y II.
La DEA tendrá la autoridad final para hacer cualquier cambio en la clasificación de la marihuana, y pasará por un proceso de reglamentación que incluye un período para que el público proporcione comentarios antes de que se finalice cualquier acción de clasificación.