- Por año se registra 450 millones de casos de neumonía en el mundo
Redacción-
El neumococo, el virus respiratorio sincitial (VRS) y el SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, son algunos de los patógenos que aumentan el riesgo de desarrollar neumonía. Esta enfermedad pulmonar no solo es la principal causa de muerte por infecciones.
«Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), cada año se registran aproximadamente 450 millones de casos de neumonía, los cuales resultan en alrededor de 4 millones de muertes. Esta enfermedad afecta principalmente a niños menores de cinco años y adultos mayores de 75 años en todo el mundo. La neumonía ocurre cuando los pulmones se inflaman y los alvéolos pulmonares se llenan de líquido o pus, lo que dificulta la respiración y la salud general.
Las personas que padecen enfermedades crónicas, como diabetes, problemas hepáticos o renales, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), asma o insuficiencia cardíaca, entre otras, tienen un mayor riesgo de desarrollar neumonía.
Este riesgo también es mayor en individuos con un sistema inmunitario debilitado, fumadores, personas que reciben quimioterapia, adultos mayores y niños menores de edad.
«El doctor Marcel Marcano, líder médico de Vacunas de Pfizer para Centroamérica y el Caribe (CAC), señaló que una persona que sufre de neumonía viral está en riesgo de desarrollar neumonía bacteriana. ‘El microorganismo que con mayor frecuencia causa la neumonía bacteriana es el neumococo, el cual se transmite a través del contacto con personas infectadas o con aquellas que, aunque no estén enfermas, portan la bacteria en la parte posterior de la nariz. Las infecciones neumocócicas pueden provocar desde meningitis hasta infecciones en los oídos y sepsis», mencionó.
Las cifras relacionadas con el neumococo son alarmantes. Según la Organización Panamericana de la Salud, más del 95% de los casos de neumonía clínica y más del 99% de las muertes en niños menores de cinco años en países de ingresos bajos y medios se deben a esta bacteria.
Por su parte, el virus respiratorio sincitial (VRS), así como algunos virus causantes del resfriado común, la gripe y el SARS-CoV-2, pueden desencadenar neumonía. Específicamente, el VRS provoca infecciones en los pulmones y las vías respiratorias tanto en niños menores de 12 meses como de adultos mayores y personas con otras afecciones.
Por su parte, la COVID-19 generalmente comienza con una infección en las vías respiratorias superiores, que puede progresar rápidamente hacia una neumonía bilateral y causar insuficiencia respiratoria. Cabe destacar que la infección por VRS y por SARS-CoV-2 puede ocurrir de manera simultánea, lo que podría agravar aún más el curso de la enfermedad por COVID-19.
La neumonía puede ser leve, grave o mortal, dependiendo de la causa de la infección, la edad y el estado de salud de la persona. Sus complicaciones pueden incluir dificultad para respirar, bacteriemia, derrame pleural o insuficiencia renal. Según la OMS, las vacunas son fundamentales para reducir el riesgo de enfermedades, fortalecer las defensas naturales y prevenir brotes de infecciones como la neumonía por neumococo, contribuyendo así a la seguridad sanitaria global.
El diagnóstico de neumonía se basa en síntomas típicos de infección respiratoria, como fiebre (más de 38°C), tos, expulsión de flema, dolor en el pecho y dificultad para respirar. Además de la vacunación, la neumonía se puede prevenir con prácticas como el lavado frecuente de manos, evitar el tabaquismo ,mantener un estilo de vida saludable, tener prácticas de ejercicio y dormir lo necesario.
El tratamiento de la neumonía depende del tipo de infección, el germen causante y su gravedad. Los antibióticos se usan para tratar la neumonía bacteriana y algunas causadas por neumococo, mientras que para las infecciones virales se recetan medicamentos específicos. En casos graves, puede ser necesario intervención médica.