- Cubero está muy agradecido por el apoyo de su compañeros
Redacción – El volante manudo, José Miguel Cubero, relata los ratos difíciles que vivió por una lesión en sus vértebras (L2, L3, L4 y L5), la cuál se dio tras un golpe sufrido en una práctica del León.
En el momento que me sufrió el impacto le dieron un analgésico, que le controló un poco el dolor, pero conforme pasaban las horas la dolencia se hacía sentir más.
Cubero asegura que topó con suerte ese día, ya que viajó con Brandon Aguilera, Mauricio Vargas y Bernald Alfaro, quienes viven en Sarchí -pueblo del volante- y Naranjo.
Ese día no manejó por lo que pudo llegar bien a su casa. Cuando llega a su hogar se acostó para descansar y cuando intentó levantarse no podía hacerlo por la dolencia.
Ante ello, notó que era bastante serio por lo que se comunicó con el cuerpo médico del León. Al día siguiente, se alistó y como pudo se fue rumbo al CAR.
El resto de los días que tuvo que ir al club era trasladado por sus compañeros de los alrededores de su hogar, que siempre estuvieron atentos de Cubero.
A lo largo de seis semanas, José Miguel estuvo en su casa recuperándose con mucha paciencia. Su familia y amigos fueron claves para superar esta prueba que le puso Dios.
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Todo este proceso lo ha tenido fuera de las canchas desde finales de agosto. El cumplimiento adecuado de los cuidados médicos lo tienen cerca de volver a las canchas.
José Miguel Cubero conversó con AMPrensa.com y relató todo lo vivido a lo largo de este proceso, que lo tendría de vuelta a la acción en la fase final del torneo.
«Desde el momento que me dijeron lo que tenía, que era una fractura en varias vertebras, ya eran facturas completas, no se desplazaron por dicha. Me mandaron donde el ortopedista, todo una semana eran de exámenes, resonancias y hasta un tac.
En algún momento se pensó en hacer una cirugía en la espalda por las fracturas y el tema de impacto que yo iba a tener cuando iba volver de la lesión, podía afectar o no. Fue bastante duro y uno se ponía a pensar en algún momento lo peor.
Pero el ortopedista una semana después me dice que debo parar un mínimo de tres meses e ir viendo el progreso con nuevos exámenes y que el dolor vaya cediendo. Las primeras semanas fueron las más complicadas (Dijo Cubero con voz entrecortada).
No se sabía que podía pasar, andaba un corsé, estaba inmovilizado y tenía que tener un reposo prácticamente del 100%. No podía ni manejar ni nada, no podía levantarme de la cama en los primeros días, entonces fue difícil. Yo estaba asustado. El primer día no me podía ni levantar de la cama, pero por dicha ya voy bien con la recuperación, cuento los días para volver a la acción», afirmó Cubero en una conversación con AMPrensa.com.
Su vuelta a las practica fue hace unos días atrás. En sus casi tres meses fuera de las canchas, hicieron que el jugador erizo volviera con más ganas a los trabajos en el CAR.
Desde desplazamientos con el balón hasta trabajo de pesas, hacen que Cubero se vea fuerte y mentalizado en regresar a defender a muerte los colores rojinegros.