Redacción– Nutricionistas advierten que «fatiga pandémica» impulsa aumento de trastornos de conducta alimentaria (TCA).
Esta alerta se da en el contexto de la conmemoración del Día Mundial de la Acción por los Trastornos de la Conducta Alimentaria este 02 de junio.
A pesar de que en el país no existen cifras actualizadas sobre la cantidad de personas que presentan estos padecimientos, la Dra. Rosanna Mauro, vocera del Colegio de Profesionales en Nutrición (CPN) y especialista en TCA afirma que las consultas han aumentado en un 50% desde que inició la pandemia.
La Dra. Mauro afirma que “en época pandémica, hemos visto un aumento significativo a nivel nacional e internacional en la demanda de consultas de salud para TCA. Las personas que ya sufrían estos trastornos han estado más propensas a sufrir una recaída y muchas otras han iniciado con síntomas de estos trastornos”.
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La profesional en nutrición agrega que “esto se debe propiamente a la denominada ¨fatiga pandémica¨, a cambios en la movilidad y el poder adquisitivo y muchos otros factores como cambios en la socialización, el acceso a actividades recreativas y la abundancia de sentimientos y emociones difíciles de manejar”.
Los TCA son condiciones mentales serias y biológicamente influenciadas, que pueden tener consecuencias severas para quienes los sufren, entre ellas, retraso en el crecimiento y desarrollo, debilidad en los músculos y huesos, cambios en el estado de ánimo y problemas hormonales. Algunos trastornos conocidos son Anorexia Nervosa, Bulimia, Trastorno por Atracón y la Ortorexia.
En su aparición, influyen diversos factores como: la genética, la cultura de las dietas, la idealización de una figura ideal y ciertos rasgos psicológicos. Conllevan una mayor morbilidad y mortalidad en quienes las sufren y tienen la mayor mortalidad que cualquier otro trastorno mental (1 de cada 5 personas sucumbe ante el trastorno).
“Las personas con un TCA tienen derecho a un tratamiento interdisciplinario de calidad y a cargo de profesionales altamente calificados en las áreas de la nutrición, psicología, psiquiatría y medicina; que les permita recobrar su salud y obtener las herramientas que necesitan para recuperarse.
Costa Rica carece de programas integrales para las personas en todo el ciclo de la vida que abarquen todas las necesidades propias de estos padecimientos”, aseguró Mauro.
Si las personas que tienen un TCA no reciben tratamiento oportuno, la condición se hará crónica y requerirá de mayor tiempo de recuperación y de recursos e incluso pueden generarse otros problemas de salud adicionales.
¿Qué se necesita para mejorar la atención de estos trastornos?
Como país, debemos trabajar en programas interdisciplinarios de atención especializada para todos los grupos de edad, en donde se pueda detectar oportunamente estos trastornos y se les pueda dar el abordaje que se requiere.
Se debe promover la cultura del bienestar, en lugar de la cultura de la dieta.
Nunca se debe hacer comentarios acerca de la figura de los otros, ni criticar el cuerpo de las otras personas.
No se debe tachar la comida de buena o mala, sino que se debe buscar un balance que incluya alimentos variados que ofrezcan placer y nutrición.
La época de pandemia exige que pongamos atención a la salud mental de cada miembro de la familia y que ofrezcamos apoyo, comprensión y comunicación fluida a todas las personas, para detectar la aparición de un TCA y mejorar su pronóstico.
¿Cómo detectar un Trastorno de la Conducta Alimentaria en casa? Cualquier persona puede estar sufriendo de un TCA. Las señales que pueden alertar son:
Cambios en los patrones de alimentación: la persona come más o menos alimentos, empieza a comer todo light o reducido en calorías, se preocupa obsesivamente por la calidad de los ingredientes y solo come lo que se cocina a sí misma.
Por otra parte, se pueden desaparecer grandes cantidades de comida, debido a que la persona come compulsivamente y en secreto.
La persona ya no come con los otros miembros de la familia
Hay cambios rápidos en el cuerpo/peso
La persona se pesa o mide su cuerpo constantemente
Se presentan cambios en el estado de ánimo, hay aislamiento social y pérdida de interés en actividades habituales.
Además, la persona se puede ver pálida, ojerosa, con los ojos hinchados, el pelo se cae más y las uñas se vuelven quebradizas, entre muchos otros signos.