- Organizaciones de todo el mundo han intentado cerrar Sea World, pero la industria gana
Redacción – ¿Se imagina vivir encerrado por el resto de su vida? La cadena de parques acuáticos más famosa del mundo podría recibir una directriz para impedir que continúe con la crianza de delfines en cautiverio. Se trata de Sea World, centro de entretenimiento donde mantienen a animales marinos para los espectáculos diarios.
Ahí permanecen focas, mantarayas, orcas y delfines, entre otros. Estas dos últimas especies son las más llamativas de todo el lugar y por estos animales es que miles de personas asisten a este parque cada año.
Pese a lo anterior, con el pasar del tiempo, personas al rededor del mundo han cambiado de parecer y han hecho conciencia sobre mantener a estos animales en cautiverio y los explotan para el entretenimiento humano. Ahora, decenas de peticiones se firman en diferentes países y organizaciones ya trabajan para detener este comercio.
El principal argumento de estos activistas es que las orcas miden de 5 a 8 metros, mientras que las piscinas donde permanecen son pequeñas para el gran tamaño de estos animales. Es por eso que las aletas dorsales dobladas porque colapsan al estar en un lugar reducido.
Las orcas, en su hábitat natural, su promedio de vida es entre 30 a 50 años. El estimado de vida máximo para los machos es de 60 a 70 años y de 80 a más de 100 para las hembras, pero, para la mayoría en cautiverio, son solamente 30 años o menos.
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En el 2012, el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) emitió una advertencia oficial al Sea World de San Antonio en Texas por su “reiterado fracaso en instalar cubiertas de drenaje sujetas de forma segura con el fin de reducir al mínimo el riesgo potencial de que un animal quede atrapado”. Esto ocasionó la muerte de un león marino.
En marzo del año siguiente, el USDA le dio seguimiento a una denuncia de Personas por el Trato Ético de los Animales (PETA) por un niño que había sido mordido por un delfín en Sea World. Investigaron y citaron a los representantes del parque a un juzgado por violaciones de la Ley de Bienestar Animal, pues utilizaban material quirúrgico caducado, algunos con casi una década de expiración.
También, los investigadores denunciaron que el delfinario estaba en mal estado y no realizaban las limpiezas ni mantenimientos correspondientes.
Incluso, la compañía ha enfrentado demandas por la muerte de una entrenadora de orcas dentro del parque, producto del estrés de este animal que la asesinó. Además, las ballenas y los delfines sufren problemas en su piel.
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Las denuncias recientes tienen que ver con iniciativas de una campaña de la organización World Animal Protection, quienes piden eliminar algunos permisos y limitar otros tras la apertura del parque marino en Australia.
“Queremos que los delfines de Sea World sean la última generación en vivir en cautiverio en Queensland”, dijo Ben Pearson, representante de la campaña.
La principal problemática con los delfines es que la reproducción de animales en cautiverio causa que no puedan ser liberados en ningún momento.
«Si Sea World estuviera rescatando delfines heridos o enfermos para rehabilitarlos y soltarlos, eso sería aceptable, pero la crianza en cautiverio no es eso», dicen en la campaña.
Pearson aseguró que la cadena de estos centros de entretenimiento marino debe comenzar a pasar su empresa a la modalidad de santuario que se concentre en el rescate y rehabilitación.
Según la petición, actualmente 30 delfines en Sea World nacieron y fueron criados ahí, pero sus años de vida son sumamente reducidos. En el océano, estos pueden vivir hasta 50 años y nadar cientos de kilómetros. En el parque, son encerrados y acorralados por gritos de personas que asisten a ver sus espectáculos.
