Foto con fines ilustrativos. AMPrensa.com.
  • Fallecidos eran cubanos nacionalizados estadounidenses
  • Hay otro asesino que no ha sido detenido 

Redacción- 75 años de prisión: esa fue la condena que recibió un hombre por el asesinato de dos adultos mayores extranjeros en Jacó de Garabito, en Puntarenas, en el 2010.

Al hombre, identificado como Maikol Martínez Largaespalda, lo encontró como culpable de los dos homicidios el Juzgado Penal de Quepos.

La condena se dictó luego que la Fiscalía de Garabito demostró la culpabilidad de Martínez durante un juicio.

Pese a que se le dictaron 75 años de cárcel, la pena de Martínez será readecuada a 50 años, pena máxima establecida en el país.

Además, de Martínez, se determinó que en el asesinato participó otra persona; sin embargo, no ha sido detenida, pues no se sabe quién es.

En este caso, los adultos mayores que fueron víctimas de Martínez y del otro hombre, fueron dos adultos mayores, de 71 y 76 años, cubanos nacionalizados estadounidenses.

El móvil del crimen fue el robo, de hecho, ese día, el asesino y la otra persona sustrajeron joyas, dinero en efectivo, celulares y computadoras.

Martínez estuvo desde el 20 de mayo del 2019 en prisión preventiva y ahora, tras su condena, pasará seis meses más mientras la pena adquiere firmeza.

Caso

Los hechos por los que se acusó a Martínez ocurrieron en setiembre de 2010, en un condominio en el centro de Jacó, donde vivían los adultos mayores.

El hombre que no ah sido detenido, conocía a los extranjeros y les dijo que tenía unos clientes para comprar el apartamento, que los extranjeros tenían en venta.

Ante eso, Martínez y la otra persona llegaron al apartamento y se robaron los artículos personales de las víctimas y otros.

Según probó la Fiscalía, después del robo, los asesinos amordazaron a los adultos, los ataron de pies y manos, cubrieron sus bocas y les pusieron una bolsa en la cabeza, provocando la muerte de ambos por asfixia.

La investigación se dio por varios años, sin testigos presenciales, sólo de referencia, pero contando con una huella de uno de los sospechosos; sin embargo, no se podía comparar.

Eso fue posible hasta que a Martínez se le tomaron sus huellas, tras una aprehensión por un proceso de violencia doméstica

Posteriormente, se revisó otra evidencia y se encontró un nexo entre él y la otra persona que no ha sido detenida, pues esta ya había sido identificada como uno de los presuntos homicidas.

Esos elementos probatorios permitieron ordenar la detención del sentenciado, la cual se logró en mayo anterior.