• Familia Rodríguez Ramírez transmite simpatía a estos colaboradores

Redacción – El pequeño Eylann, de tan solo 2 años, es ahora todo un ejemplo en las redes sociales al mostrar su simpatía con los trabajadores en recolección de basura en Quebradilla de Cartago.

Él, junto a sus papás Jordy Rodríguez y Nicole Ramírez, busca todos los sábados saludar a «sus amigos», como él mismo los llama, y ese saludo va acompañado de una merienda con mucho cariño.

«Somos nuevos en la zona y el primer sábado que pasaron a recoger la basura de nuestra casa, recientemente habíamos comprado un paquete de galletas para él (Eylann) y como le pitaron, él entró, se llevó el paquete de galletas, me dijo que quería darle las galletas a los amigos y yo lo apoyé», contó Ramírez a AMPrensa.com.

Cuando inició el Covid-19, él pintó con sus manitas un lindo mensaje motivador a los muchachos que mantienen limpia la comunidad.

«Que Dios los bendiga, amigos», decía el mensaje de aliento pegado a las bolsas de basura, el cual posteriormente ellos pegaron en el camión.

En Navidad y el Día del Trabajador, esta familia tuvo el mismo gesto. Para la festividad de diciembre, les regalaron cajitas con frutas y para reconocer su trabajo, les dieron chocolates.

«Él desde siempre ha sido muy carismático. Él saluda a cualquiera que pase frente a la casa, a él le gusta que le devuelvan el saludo. (…) A ellos los rotan y, cuando Eylann escucha el camión de basura, sabe que ahí vienen sus amigos, independientemente de quién sea, él les dice amigos a todos», aseguró la orgullosa mamá.

Los trabajadores empiezan a pitar desde antes de llegar a la casa y este pequeño, muy emocionado, corre a saludarlos.

En el vídeo publicado por Ramírez se ve cuando «sus amigos» lo saludan con el codo, respetando el protocolo por la pandemia.

Además, se muestran felices luego de no haberlo visto por algunos sábados y el papá explica que, algunas ocasiones, se queda dormido.

Nicole agregó que, cuando se despierta más tarde de lo usual, lo que hace es intentar toparlos cuando van de regreso, para despedirse por la ventana.

Definitivamente Eylann da una enorme lección de valores, respeto y carisma. ¡Por más personas como este niño!