- Perro vive en un lavacar
- Clientes se asombran al ver su fidelidad a la comida del restaurante
Redacción – Un perrito ahora es toda una figura en Desamparados, pues todos los días va a pedir pollo a un restaurante de la zona.
Se trata de «Howard», como le puso la administradora del restaurante Pollos Apí, Marianella Nieto, quien afirma que él va de lunes a viernes a pedir comida desde que el local se inauguró el 1° de junio de 2019.
«Nosotros lo vimos en la calle muy flaquito, entonces mi hija y yo optamos por comprarle una pieza de pollo de las que vendemos. Se le puso agüita, él comió y se fue. Al día siguiente, vino a la misma hora y así ha sido hasta hoy», explicó Nieto a AMPrensa.com.
Los rescatistas de Voluntarios de Corazón publicaron el caso, pues se presumía que se trataba de un callejero; sin embargo, posteriormente el personal de un comercio tipo lavacar indicó que es de ellos.
La preocupación empezó por la historia y porque algunos vecinos se preocuparon porque estaba delgado y sucio y pensaron que era callejero.
Este tierno vecino de Desamparados es muy querido por los clientes del restaurante, quienes incluso también le compran una o dos piezas de pollo para que él no pase hambre.
«Él es un perrito sumamente educado, se sienta frente al mostrador a esperar que le demos comida. No ladra, no molesta a los clientes, él espera que le llevemos la piecita. Muchas veces, los clientes son los que lo patrocinan. Él es muy agradable», contó la administradora del lugar.
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Además, resaltó que él es muy desconfiado y miedoso porque probablemente en su pasado fue maltratado. Aún así, es bastante exigente con los platillos que, para él, son un manjar.
«Los clientes le han comprado comida y a veces él no come. Solo come lo que le ponemos nosotros los trabajadores del restaurante, se lo desmenuzamos y se lo enfriamos, porque no le gusta comer caliente», contó Nieto.
El perrito también a la carnicería La Choza, a la par del restaurante, donde también le dan de comer.
Nieto también confirmó a este medio que es el perrito que vive y duerme en ese negocio, y que su nombre original es «Trompas».
Según ella contó, el personal lo deja salir durante el día y él regresa al final de la tarde para pasar la noche dentro del local de lavado de autos.