Redacción- El costarricense Leonel Solís ha hecho historia en su carrera como paracilismo desde el 2010.

Su discapacidad, tras perder los dos brazos por una descarga eléctrica con cables de alta tensión de la calle, no lo  ha parado ni significa un obstáculo para que Solís siga coleccionando éxitos y dejando al país en alto.

Este hombre oriundo de San Isidro de Heredia ha participado en más de once competencias representando al país y al continente centroamericano.

También ha sido abanderado y ha logrado una medalla de plata en la Copa Mundo de Paraciclismo, organizada por la Unión Ciclista Internacional (UCI) en la ciudad de Pietermaritzburg.

Recientemente ganó el máximo galardón deportivo que reconoce el esfuerzo, dedicación y triunfo a destacados atletas nacionales, los “Premios Colibrí Banco Nacional 2016”

Para ello, AMPrensa.com conversó con el deportista que contó cómo ha sido su vida después de haber quedado sin sus dos brazos y un poco de su carrera.

¿Cómo ha hecho para superar el accidente?

Es difícil al inicio de todo accidente aprender a hacer las cosas pero con el tiempo uno se logra superar. Siempre me ha encantado el ciclismo y ando tan metido en el deporte y eso no me deja tiempo para pensar ni para lamentarme de lo sucedido. El deporte hace que la situación se lleve más amena.

¿Siempre le ha gustado el ciclismo o fue después de perder los dos brazos?

Siempre me ha encantado el deporte, antes con los dos brazos corría y también hacía ciclismo, después de perder los dos brazos me enfoque más en el paraciclismo y lo práctico a diario. Es mi pasión y algo por lo que me desvelo por hacer.

¿Entrena a diario o cómo es su rutina de preparación?

Siempre desde diciembre, enero y febrero voy al gimnasio unos tres días por semana y los 4 restantes voy a practicar ciclismo. Después de esos meses todos los días hago ciclismo en excepciones a veces de los lunes. Entre semana voy a dar un recorrido de 2 a 3 horas y los fines de semana de 4 horas. Es difícil y en ocasiones es cansado, pero a todo se acostumbra y es lo que a uno le nace hacer.

¿Si usted pudiera cambiar ese instante donde perdió los dos brazos lo cambiaría o acepta como es ahora?

Es muy difícil contestar, pues  me gustaría tener los dos brazos como uno estaba acostumbrado y todo era más fácil, pero todo sucede por algo y se debe aceptar la voluntad de Dios. Si era lo que tenía que pasar pasaría y a seguir avanzando. Yo puedo hacer lo que me propongo desde cocinar hasta manejar el carro. Dios da fuerzas para todo.

¿Qué le diría a otras personas que recientemente perdieron una extremidad del cuerpo por un accidente o enfermedad?

Les diría que no se dejen ir por lo estético ni las miradas de la gente. Que no es el fin del mundo y que la vida es muy bonita para lamentarse. Se debe disfrutar y aceptar las cosas.

¿Es bonito representar al país?

Es algo único y para uno es un orgullo. Por eso, se debe trabajar duro para ver resultados y que los patrocinadores sientan que invierten en una persona con logros y no de muchos que solo van a pasear. He podido ser abanderado, ganar una medalla de plata y ahora el premio Colibrí. Todos esos premios los he logrado con esmero pues soy el más viejo de los participantes con 52 años y a muchos les doblego la edad, por eso se debe esforzar al máximo.