Redacción- Estados Unidos  aún no tiene claro que el candidato demócrata, Joe Biden, favorito en todas las encuestas, vaya a arrebatar la presidencia a Donald Trump, quien ya se ha apresurado a proclamarse vencedor sin conocer los resultados definitivos.

El reloj del escrutinio electoral se ralentizó a partir de las 01.00 local del miércoles (06.00 hora GMT), cuando quedaba un puñado de estados clave por conocer, siete territorios de los que pende el futuro de un país alertado por la amenaza de protestas y disturbios por parte de partidarios de uno u otro candidato.

Todas las miradas están fijas ahora en los estados bisagra de Pensilvania, con 20 delegados en el Colegio Electoral; Michigan, con 16; Wisconsin, con 10; Carolina del Norte, con 15; Georgia, con 16; y Nevada, con 6; a los que se suman los 3 compromisarios en juego de Alaska y 1 de Maine.

El Colegio Electoral es un órgano integrado por 538 delegados distribuidos en función de la población de cada uno de los estados. El candidato ganador en cada uno de esos estados, aunque sea por un solo voto, se lleva todos sus compromisarios; y el aspirante que llega a 270 gana las elecciones.

Hasta el momento, Biden aventaja a Trump por 238 delegados frente a 213, según las proyecciones de los principales medios estadounidenses, con lo que todas las opciones siguen abiertas.

Si se observa el mapa, Biden se ha hecho con el triunfo en toda la costa oeste, además de gran parte de la fachada atlántica del país, así como con el estado clave de Arizona, aparte de Colorado, Nuevo México, Illinois y Minesota.

El mapa comienza a teñirse de rojo, el color de los republicanos, en áreas del centro y el sur de EE.UU., como Alabama, Arkansas, Iowa, Misisipi, Misuri, Dakota del Norte y Dakota del Sur, entre otros; pero sobre todo han dado alas a Trump los estados bisagra de Ohio, Texas y Florida

Fuente latribuna.hn