• Este es la tercera vez consecutiva que las autoridades intervienen una gallera
  • Además, autoridades encontraron animales muy heridos 

Redacción- Al margen de toda legislación sanitaria y de protección animal, los galleros continúan realizando su criminal práctica de pelea de gallos en medio de aglomeraciones, consumo de licor y muchas otras actividades ilegales.

Gallos muertos y heridos, mucho licor y hasta la presencia de un arma de fuego fue parte del violento ambiente que encontró la Policía de Fronteras cerca de las 9 de la noche del pasado domingo en un local clandestino donde tenía lugar una pelea de gallos en el cantón de Talamanca, Limón.

Este es el tercer fin de semana consecutivo en el que las autoridades del Ministerio de Seguridad Pública han tenido que intervenir locales ante la evidente violación a la Ley de Bienestar Animal, así como al margen de todos los protocolos y medidas para preventivas del COVID-19. (Ver resumen de casos atendidos este año)

De acuerdo con lo reportado por la Policía de Fronteras, gracias a una denuncia ciudadana, los oficiales destacados en Sixaola fueron enterados de que, en un local ubicado en San Miguel de Paraíso, distrito de Sixaola, cantón de Talamanca, se estaba realizando una pelea de gallos.

Al llegar los oficiales al sitio, encontraron a un sujeto que estaba a punto de irse del lugar en una motocicleta, a bordo de la cual llevaba un gallo de pelea en muy malas condiciones dentro de un saco.

Dicha persona les indicó a los policías que él venía de una pelea de gallos, tras lo cual procedieron a decomisarle el animal.

Poco después los oficiales actuantes escucharon una detonación en el local del que había salido el mencionado individuo, así como personas huyendo tras apagar las luces y dejar un portón abierto.

Como es usual en situaciones como esta, los oficiales actuantes debieron ingresar para verificar si había alguna persona herida a causa de la detonación, así como para asegurar la escena.

En el lugar efectivamente encontraron dos gallos muertos en el suelo, así como dos vivos dentro de sacos, además de muchas latas de cervezas esparcidas por todo el lugar en el que, según se presume los asistentes habrían superado las 20 personas, quienes casi en su totalidad huyeron por una zona boscosa aledaña.

Un sujeto que estaba en el sitio y que aparentaba encontrarse en estado de ebriedad, trató de ocultarse en una estructura, por lo cual los policías fronterizos lo instaron a salir de su escondite e identificarse.

Ante la solicitud de la autoridades, el sujeto salió de su escondrijo con una pistola calibre 40 que mantenía dentro de una cangurea o bolso de cintura que portaba. Además del arma, el presunto gallero tenía en su poder un cargador y cinco proyectiles.

El hombre tenía consigo los documentos para portar legalmente el arma pero, de acuerdo con las diversas directrices emitidas por el Ministerio de Seguridad Pública en materia de control de armas de fuego, se procedió a realizar un decomiso administrativo de la pistola.

Los gallos quedaron a la orden del SENASA para lo que corresponda, a la vez que el caso fue denunciado ante la Fiscalía de Bribrí, Talamanca.

En lo que va del año, ya suman siete las galleras intervenidas en las provincias de Guanacaste, Limón, Heredia y Alajuela. Adicionalmente a lo anterior, la Policía de Fronteras ha decomisado cinco gallos en Golfito, zona sur, de los cuales dos estaban sumamente heridos y fueron introducidos ilegalmente desde Panamá, en clara violación a las normas de salud animal de nuestro país.