Foto: Prensa Fedefútbol.
  • Bejarano inició en el arbitraje desde muy joven 

Redacción – Luego de empezar desde 1997 una carrera como árbitro, Henry Bejarano se retiró del referato tras 26 años y asegura que si tuviera la oportunidad de volver a nacer sería silbatero nuevamente, ya que es su mayor pasión.

Ese amor por arbitrar inició desde que estaba muy pequeño, gracias a su padre quién falleció hace 31 años, pero antes de dejar este mundo le heredó a Henry ese amor, que hizo que desde su niñez anduviera con un silbato y tarjetas jugando por todos lados.

Bejarano se dio el lujo de forzar una exitosa carrera como colegiado, donde resalta haber tenido gafete FIFA durante 15 años pitando internacionalmente, en el que asistió a cinco Copas Oro, mundiales Sub-17, Sub-20, juegos de Concachampions y demás duelos.

En su carrera también pitó 16 clásicos nacionales y más 300 juegos de primera, donde siempre estuvo rodeado con la polémica, ya que sus decisiones la mayoría del tiempo dieron de que hablar, pero aún así, nunca se achicó ante ningún futbolista.


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Henry Bejarano conversó con AMPrensa.com y señala que prefería salir de un estadio en una patrulla antes de que lo llamara pendejo, ya que siempre impuso sus condiciones cada vez que saltaba a la cancha a impartir justicia.

«El arbitraje me dejó buenos amigos, no tengo enemigos. La vestimenta de un árbitro cuando uno está en primera, segunda o un partido internacional, la gente lo ve a uno con recelo y no lo ve tan malo, pero son decisiones que uno debía tomar en el terreno de juego. Me catalogaban mucho de polémico a nivel nacional, pero yo lo que les decía a más de uno era que yo era polémico porque tomaba decisiones, cosa que otros árbitros les daba miedo. Prefería salir de un estadio en patrulla, que dijeran que yo era un pendejo. 

Prefiero eso, a que dijeran que fui flojo en un partido, permitió que los jugadores le gritaran, no sancionó dos penales que eran claros y en mis 26 años, la gente podrá decir que Bejarano fue polémico, pero tomé decisiones, me equivoqué como ser humano, claro que sí. Pero siempre di lo mejor de mí, nunca perjudicar a nadie ni favorecer, mis decisiones fueron para bien o para mal, pero así es el arbitraje. También conocí más de 35 países alrededor del mundo, gracias al arbitraje también hice mi casa nueva, compré mi carro y tuve mis gustos, si volviera a nacer sería árbitro, es mi pasión», afirmó Henry Bejarano a AMPrensa.com. 

Foto: Zona Técnica.