Redacción – Un perro puede oler 20 mil veces más que un humano. Y es capaz de percibir un aroma hasta a 20 kilómetros de distancia.

No sorprende, entonces, que los canes sean los animales elegidos para llevar adelante estas tareas relacionadas con el hallazgo de dinero, sin embargo, la clave del éxito pasa por el entrenamiento.

«Se empieza cuando el cachorro tiene dos meses y se trabaja unas ocho horas diarias durante al menos dos años o dos años y medio», aseguró Daniel Condoleo, adiestrador y director de la Unidad Canina de Bomberos Voluntarios Vuelta De Rocha en Buenos Aires, Argentina.

Si bien en ese centro educan específicamente perros que se encargan de buscar personas extraviadas o atrapadas en derrumbes, la técnica de trabajo tiene la misma lógica que la que se emplea para identificar billetes, sustancias u otros objetos.

«En el caso de rastreo específico, ya sea para buscar una persona, dinero, droga o explosivos se trabaja con precursores, es decir con los distintos componentes del producto. En el caso del dinero, se le hace oler al animal todas las variantes de tintas presentes en el billete», subrayó el especialista.

Ojeda Bonillo, especialista en entrenamiento de perros, recalcó la importancia de que haya un primer acercamiento del animal al sitio donde va a moverse con frecuencia.

«Hay que hacer trabajos de estimulación temprana porque estos perros van a estar en situaciones de constante estrés y mucho movimiento, por eso tiene que aprender a soportar la exposición a ruidos o a otros estímulos sin asustarse», destacó Ojeda Bonillo.

El segundo paso es el condicionamiento clásico, que en este caso consiste en vincular el juego con ese aroma que el animal deberá buscar.

El Labrador, Golden Retriever, Beagle, Bloodhound o Weimaraner son los que se emplean con más frecuencia. Son los que tienen mejor olfato y mayor predisposición para ser adiestrados.