Redacción- Las personas adultas siguen con conductas propias de los más  jóvenes y es que cada vez prefieren la soltería, que unir sus vidas o sentar responsabilidades.

Según las Encuestas de Hogares, para el 2005 entre los 20 y 29 años había en el país 389.573 solteros y el año pasado, eran 508.130.

En cuanto a las personas con edades entre 30 y 39 años, para el 2005 había 107 mil solteros y 10 años más tarde esa cifra ascendió a  154.148 mil solteros.

El aumento de solteros también se dio en otros rangos de edad, así entre los 40 y 49 años se pasó de 64 mil en el 2005 a 78 mil el año pasado.

Los especialistas del Instituto Nacional de Estadística y Censos, aclararon que el aumento en el número de solteros nada tiene que ver con el crecimiento de la población.

Para evidenciar que hay más solteros, se compara la encuesta del 2005 con la del 2015, durante esa década se dieron alrededor de 80 mil nacimientos al año, pero hoy, esas personas tienen diez años o menos y en nada alteran el número de otros grupos de edad.

Zoila Rosa Vargas, del Colegio de Profesionales en Orientación comentó que “La teoría indica que en la edad adulta se concreta la  madurez, por tratarse de un periodo estable y equilibrado, en el que se asumen roles y tareas con responsabilidades sociales, familiares y laborales pero  esto hoy se convierte en mito, pues vemos que ahora es común que los hijos de 30 y hasta más años, sigan solteros y vivan en la casa de sus padres”.

Más bien, estos expertos confirman la posición de los profesionales en Orientación en el sentido de que hay menos gente dispuesta a salir del hogar.

La postergación de las responsabilidades por parte de los adultos, hace muchas veces que las personas sigan siendo dependientes, o no dejen de estudiar porque es mejor sentirse estudiante que sentirse adulto.

También por este motivo, anteriormente una persona que no se había casado a los 30 años,  era vista como “solterona”, mientras que ahora son muchos los personas que inician sus matrimonios o uniones libres en edades de  30 y hasta 40 años o más, con las consecuencias biológicas y naturales de la procreación.#AMPrensa