Redacción- En este 2020 ante la situación actual de pandemia, el 30.5% de los consumidores costarricenses indican haber cambiado su frecuencia de compra como consecuencia de la pandemia, así como un 23.7% en la cantidad de productos que compra.

Dentro de este cambio de hábito, se destaca la generación silenciosa (más de 65 años), quienes en un 65.3% manifestaron hacer su compra mayor una sola vez al mes, incrementándose este porcentaje en comparación con el 2019, que fue de un 54.5%.

De forma general, la frecuencia de compra cambió hacia la baja. La frecuencia semanal bajó de un 25.5% a un 24.7%, quincenal de un 36% a un 34% y el aumento se da en frecuencia mensual, que pasó de un 22% a un 25% y la frecuencia ocasional, que cambió de un 3% a un 5.5% del total de los encuestados.


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También la pandemia ha provocado un importante cambio en el uso del dinero en los hogares, donde los consumidores al tener restricciones de movilidad y verse prácticamente eliminadas sus posibilidades de realizar actividades sociales y de esparcimiento.

Han logrado generar ahorros de dinero que se han destinado a incrementar la compra de otros productos como abarrotes, donde el 36.6% de los consumidores manifiestan estar comprando mucho más de este tipo de productos.

El 14% de los entrevistados manifiestan estar invirtiendo más dinero en productos de limpieza y un 9.8% manifiesta gastar más en la compra de licores, dato que coincide con lo reportado por varios detallistas que reportan que la venta de bebidas alcohólicas ha incrementado en un 10% durante esta pandemia.

“Las restricciones sanitarias prácticamente confinaron a los consumidores a sus casas, que sumado al temor de contagiarse y las limitaciones de movilidad y acceso a los locales comerciales, provocó la caída en la frecuencia de visitación a los supermercados, pero se incrementó la cantidad de compra de productos”, indicó Guillermo Varela, Director Ejecutivo de GS1 Costa Rica.

Otro cambio en los hábitos de los consumidores fue la disminución del uso del efectivo, ya que el año anterior un 37% de los costarricenses manifestaron pagar en efectivo sus compras en el supermercado y para este 2020 este método de pago disminuyó, y ahora solo un 32% de los consumidores manifestaron utilizarlo.

Dado el dato anterior, el 68% de los consumidores usan dinero plástico, donde el 32% paga con tarjeta de crédito y 36% paga con tarjeta de débito.

“Muy importante e interesante resaltar que mucho de este cambio del uso del dinero de moneda a dinero plástico, obedece al cambio cultural de los adultos mayores (generación silenciosa – más de 65 años), que derivado de las limitaciones de movilidad y la preocupación de un contagio, prefieren no ir al banco a sacar dinero y optaron por empezar a usar más su tarjeta de débito.

Lo cual en el 2019 solo el 26% manifestaron usar este dispositivo de pago a la hora de hacer sus compras y para este año 2020, este dato creció a un 41% de esta generación de consumidores”, indicó Varela.

La situación actual y el nuevo estilo de vida de cada generación ha marcado una pauta en cuanto a los hábitos de consumo, lo que supone un reto para las cadenas de supermercados y el comercio en general.

Un ejemplo de ello es la elección del lugar donde compran. En relación con el año 2019, la cercanía a del punto de venta a su casa se mantiene como la principal condición para seleccionar el supermercado (46% del total de encuestados), pero el estudio muestra cómo los precios y las promociones se ha convertido en una razón muy importante en la elección del punto de venta para este 2020, pasando de 12.8% en el 2019 a un 21% en este 2020.

Este cambio en la escogencia del supermercado se ve mayormente reflejada en la generación X (Entre 35 y 49 años) teniendo un crecimiento del 98% en comparación del 2019, pasando de 13.3% a un 26.5%.

Por otra parte, la fidelización a un solo supermercado ha disminuido, en el 2019 un 33% afirmaba que realizaba sus compras en al menos dos puntos de venta, para este año la cifra aumentó a un 49%.

Destaca el dato de la generación de mayor edad (generación silenciosa), la cual presentó un crecimiento del 85.9%, pasando de un 22% en el 2019 a un 41% en el 2020.

Para este 2020 el 56.3% de los consumidores afirmaron haber adquirido un producto que no tenía contemplado comprar. La principal razón por la que incurrieron en la compra imprevista fue haber recordado que necesitaban el producto (38.8%), además, “encontrar un nuevo producto y querer probarlo”, fue un aspecto que presentó un incremento importante en comparación al 2019, pasando de 12% a un 17.4% en el 2020.

El estudio también refleja un incremento de los consumidores que manifestaron no encontrar algunos productos que buscaba, pasando de un 13.7% de los encuestados en el 2019 a un 28.7% en el 2020.