Las empresas de Costa Rica en general cuentan con trabajadores bien capacitados y buenas herramientas tecnológicas. Foto con fines ilustrativos. Archivo/OCM.

Redacción.   Las pequeñas y medianas empresas tienen una serie de retos, luego del golpe que recibieron producto de la pandemia.

Ahora, requieren ayuda necesaria para que muchas de ellas puedan adaptarse e integrarse pronto a la normalidad.

Así de líneas de crédito en condiciones muy accesibles, lejos de la tramitomanía y brindarles una amnistía en temas que económicamente las esté ahogando como consecuencia de la pandemia, como pueden ser obligaciones tributarias, cargas sociales, patentes y pólizas, entre otros.


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Ana Lucía Hernández, docente de Administración de Negocios de Fidélitas, comentó que los consumidores se han adoptado, durante este período de pandemia, nuevos modelos de comportamiento de compra, de manera que las MiPymes deberán redoblar esfuerzos en el monitoreo de los hábitos de consumo e invertir de manera proactiva, en el desarrollo de estrategias de comunicación y mercadeo acordes con los cambios constantes que se generen en el entorno.

El apoyo a las MiPymes es clave para salir adelante, pues tienden a emplear a un gran porcentaje de trabajadores de los sectores más vulnerables de la sociedad, sobre todo, en zonas rurales donde muchas veces son la única fuente de empleo.

Para nadie es un secreto que el rol de las micro, pequeñas y medianas empresas (MiPymes) ha sido determinante en la dinamización de las economías nacionales, no sólo por sus aportaciones a la producción y distribución de bienes y servicios, sino también como impulsor del empleo.