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Cualquiera de los dos candidatos a la presidencia que gane en la segunda ronda electoral se encontrará una economía compleja.

Las altas cifras de desempleo, el déficit fiscal, las presiones al alza en la inflación afectarán el crecimiento de la producción nacional.

Incluso, el Banco Central de Costa Rica ya cambió su proyección de crecimiento económico a la baja y ahora ronda el 3,6% por ciento, con una leve recuperación en muchos sectores productivos.

 Fernando Rodríguez, coordinador del OES-UNA, expresó que el próximo gobierno también tendrá un entorno internacional incierto, en el que el crecimiento económico global será menor al de 2021 y probablemente se revise a la baja el crecimiento previsto para el 2022 en todo el mundo.

La situación en Ucrania es compleja y aunque no escale a un problema mayor, la tensión en la zona puede impactar los precios de la energía, con consecuencias negativas para el país.

Rodríguez agregó que si bien la pandemia aún no ha terminado, e incluso cuando concluya, las consecuencias de la misma perdurarán y deberá tenerse en consideración el impacto de este proceso en actividades económicas particulares y en algunas instituciones públicas.

La recuperación de la normalidad pre-pandémica, si eso llegase a ser posible, no garantizará que todos los problemas se resolverán de forma automática.

Rodríguez manifestó que a pesar del crecimiento de la economía en 2021, que incluso llevó la producción a estar por encima del nivel alcanzado al cierre de 2019, previo a la pandemia, la mayor actividad económica no logró llevar el desempleo a los niveles pre-pandémicos.

“El crecimiento por sí solo no va a resolver el problema del desempleo, pues este es aún muy elevado y está muy focalizado: por actividad económica, por región geográfica, por grupo etario y por género”, destacó.