Bruce Willis y su familia ‘compuesta’ forman la postal perfecta de Navidad
  • La actriz decidió volver a vivir con su expareja sin importar que compartirá espacio con su actual esposa, Emma Heming.

Redacción-Demi Moore -quien estuvo casada con Bruce Willis, el protagonista de Duro de matar durante aproximadamente 13 años- y Emma Heming -su pareja desde 2009- no solo se unieron para apoyar al intérprete cuando anunció su retiro del medio artístico por problemas de salud, también habrían hecho algo que casi imposible: decidieron vivir juntas con la intención de cuidarlo.

El portal de noticia Daily Mail informó que la protagonista de Ghost, Striptease, Hasta el límite y Una propuesta indecente se habría mudado temporalmente a la casa que su exmarido comparte con su actual esposa y sus dos hijas menores: Mabel y Evelyn.

Demi Moore ha mostrado gran preocupación por su exesposo desde que se enteró que padece demencia frontotemporal. Incluso, una fuente cercana a la reconocida actriz estadounidense aseguró que su intención es quedarse hasta el final.

“Demi se mudó y no se irá hasta el final”, declaró una fuente para dicho sitio. Asimismo, confesó que la intérprete que cumplió 60 años en noviembre de 2022 no se ha despegado de su expareja por el duro proceso que está atravesando, incluso, se quedó varias veces en su casa, por lo que resultaba casi inevitable que terminara mudándose.

“Al principio nadie fuera de la familia podía entender qué estaba haciendo Demi viviendo con su ex y su nueva esposa, pero ahora todo tiene sentido (…) Demi ha sido una roca para la familia y esta decidida a asegurarse de que cada día que le quede a Bruce en la tierra esté lleno de amor”, dijeron los representantes de la actriz según información recuperada por Daily Mail.

Bruce Willis padece «Demencia Frontotemporal» (DFT), tras haber informado en los inicios de 2022 que el actor padecía afasia.

Se trata de un grupo de trastornos cerebrales que afectan principalmente los lóbulos frontal y temporal del cerebro.

Estas áreas del cerebro se asocian generalmente con la personalidad, la conducta y el lenguaje, donde parte de los lóbulos mencionados se encogen o atrofian.

Algunos pacientes pueden enfrentar cambios dramáticos en su personalidad e, incluso, volverse socialmente inapropiados, impulsivos o emocionalmente indiferentes, mientras que otros pierden la capacidad de usar el lenguaje adecuadamente.