Redacción – El portero Essam El-Hadary consiguió el ansiado debut en una Copa del Mundo con su país y lo hizo a los 45 años, con un buen estado físico y cualidades que dejaron impresionados a propios y extraños.

Con dicha edad, el guardameta entra a los libros de la historia de la FIFA y se convierte en el «abuelito de las Copas del Mundo.

El egipcio es ganador de 36 títulos, entre los que sobresalen cuatro Copas de África con Egipto y ocho Ligas con Al-Ahly, El-Hadary (45 años y 161 días) se convirtió en el jugador más veterano de la historia que juega en un Mundial.

De ésta manera, rompió el récord que estableció Farid Mondragón (43 años y dos tres días) en 2014.

Uno de los más asombrados fue el arquero Iker Casillas, quién publico lo siguiente en su perfil de Twitter:

«Toca levantarse y aplaudir».

El-Hadary dejó la selección en 2013, pero volvió para reescribir la historia.

El arquero, días atrás había declarado lo siguiente:

«He trabajado como un adolescente. La edad es sólo un número».

Un hito inimaginable cuando El-Hadary, siendo un niño, prefería jugar sin guantes por su precaria situación económica.

Con esto, el portero de Egipto demuestra que todo es posible en el fútbol y en la vida.

Lamentablemente, el equipo africano se va del Mundial de Rusia 2018 como una de los peores combinados nacionales en Rusia 2018, dónde además, en su segunda Copa del Mundo no pudieron ganar un sólo juego.