Edmond Robinson Herrmann

Especialista en relaciones internacionales, graduado de la Universidad Pace en Nueva York y director de Azur Consulting Group.


Horroroso y perturbador la vivencia y sufrimiento de civiles de Israel y Palestina, mientras este conflicto bélico pareciera eterno.

Es alarmante y hasta podría catalogarse de bochornosa la manipulación informativa de algunos medios de comunicación, cuyas intenciones se inclinan básicamente a desinformar, práctica que se ha vuelto común.

No ha pasado la primera incitativa de guerra por parte del grupo terrorista Hamás, cuando se relata todo un circo mediático, donde ocurren varias cosas que no dejan de ser fatídicas:

  1. Se corrompen todos los hechos con desatinos históricos
  2. Se oculta información adrede.

La función del periodismo político e informativo tiene el deber ético de explicar los panoramas no tan claros para personas que desconocen sobre el conflicto.

 En una guerra no hay inocentes. Pero esa polarización y desinformación alevosamente publicada en medios, produce odios y estereotipos peligrosos.

Si hay que señalar alguien es al grupo terrorista islámico Hamás, culpable de exponer con escudos humanos a la población civil, utilizar los billones de dólares recibidos del mundo entero para la compra de armamento pesado.

Recordemos que Hamás es una organización palestina autoproclamada como yihadista, nacionalista e islamista, considerada por los Estados Unidos,​ Israel, Japón, Canadá​, Australia y en el 2003 por la Unión Europea como una organización terrorista, o cuando circularon videos previos a este conflicto, donde Hamás presumía los misiles enviados por Irán, de manera que no estamos hablando de solamente unos pobres militantes de una causa, aquí hablamos de geopolítica, intervención internacional para armar a una organización terrorista islamista en el sentido más radical del término, que tiene como único objetivo matar y destruir personas.

Se han preguntado ¿Cómo llegan esos cohetes hasta Gaza? Si en estos días se contabilizan más de 1000 enviados a población civil contra Israel, ¿Cuántos tienen en reserva y adónde los esconden? En el 2014 se comprobó que en escuelas y hospitales…

Esta perversa confabulación tramada por algunos con grandes intereses, es un maniqueísmo que, además de ser profundamente antisemita, apesta a una vil mentira.

¿Cuál fue el detonante?  

Todo un tema fraguado a fuego lento.

Empecemos por Yom Yerushalayim, un día festivo nacional en Israel, se conmemora la reunificación de la ciudad vieja de Jerusalén al Estado de Israel en las secuelas de la guerra de 1967 que permitió a Jerusalén regresar a manos del pueblo judío que no puede vivir sin ella. Una ciudad considerada como parte de las maravillas más valiosas en toda la historia de la humanidad.

David Ben Gurion, quien fuera el primero en ocupar el cargo de primer ministro de Israel, declaró: “El valor de Jerusalén no puede ser medido, pesado o puesto en palabras. Si una tierra tiene un alma, Jerusalén es el alma de la tierra de Israel”.

Tristemente este día siempre termina desencadenando tensión con Hamás, quienes buscan sabotear de una u otra forma la festividad.

Pero aquí no termina el porqué del conflicto, esto es solo un por menor en este enfrentamiento hostil. Hamás tiene un interés fundamental en controlar la mezquita de Al-Aqsa, la mezquita más grande de Jerusalén; esta puede albergar a 5000 personas dentro y en sus alrededores se encuentran muy cerca otros lugares de enorme relevancia religiosa para el judaísmo y el cristianismo, como el Monte del Templo, considerado el lugar más sagrado para los judíos.

Ante la presencia de decenas de palestinos postrados en Al-Aqsa días atrás y en previsión de un choque claramente abierto, la policía prohibió las visitas de judíos al recinto religioso. La celebración, horas más tarde, fue finalmente desviada hacia la Puerta de Jaffa. Pero la tensión ya estaba lanzada y el brazo armado de Hamás disparó una salva de cohetes hacia Jerusalén. El Ejército israelí interceptó uno de los proyectiles con el escudo defensivo antimisiles, Cúpula de Hierro, lo que provocó que se escucharan explosiones en torno a la Ciudad Santa, todo esto permitiendo una nueva escalada bélica, haciendo llover en un día sobre Israel más de 1200 misiles, generando pánico en la ciudadanía al tener que buscar refugio, como consecuencia, el resultado fueron de víctimas mortales.

El Tzáhal (Las Fuerzas de Defensa de Israel), cómo cualquier ejército del mundo, ante una ofensiva de esta naturaleza y una constante incitativa de odio por parte de estos terroristas, seguirán vigilantes de la seguridad de su pueblo, merecedor como cualquier otra nación en el mundo, de respeto y paz.

A pesar de ser legítima la defensa de Israel, logramos leer titulares en la prensa muy lejos de la realidad, donde se encausan a diestra y siniestra las trágicas muertes de hermanos palestinos, cosa que, a ciencia cierta, no se sabe, ni quien ni cómo. De los más de 1000 misiles direccionados por Hamás a territorio israelí, 200 cayeron sobre territorio gazatí, al no calcular bien la trayectoria de su objetivo, lo que claramente confirma que muchas de las dolidas víctimas palestinas cayeron desde la propia ofensiva.

Sin perspectivas de una pronta posible tregua, esta sin duda ha sido una escalada bélica no vista desde el 2014, la cual provoca incertidumbre y pone en duda cuando será su final.

Debemos procurar trabajar por una paz pronta y total. Deseamos que termine este enfrentamiento, porque los muertos duelen para todos los involucrados.